El primer viaje para ingresar al país del norte la marcó. Se trata de una dura travesía. Días de largas caminatas, a veces sin comer o sin dormir. Aún así, asegura que tiene razones suficientes para intentarlo de nuevo.
Aurora formó parte del grupo de 87 guatemaltecos que regresaron en el primer vuelo de deportados de este 2023, el día 4 de enero, proveniente desde el estado de Texas.
Según relató a Prensa Libre y Guatevisión, después de descender del avión, adquirió una deuda de Q100 mil para que un coyote la adentrara a Estados Unidos. Aunque era una cifra elevada, le pareció que lo valía pues por ese pago, se le ofreció hasta tres oportunidades para intentar cruzar la frontera. “Ya está pagado y ahora es solo de encomendarse a Dios”, aseguró con la esperanza de que se cumpla aquel trato informal, con la espera de la segunda llamada.
Espera sacar adelante a sus hijos
Aurora relató que sus planes no resultaron como esperaba. Su esposo la abandonó cuando ya habían formado una familia, por lo que vio en el viaje hacia a los Estados como una nueva fase en su vida, para mejorar su situación económica y garantizar el bienestar de su familia.
A pesar de la primera y dura experiencia al intentar cruzar la frontera, Aurora busca mantener su espíritu ante la adversidad teniendo en mente a sus cuatro hijos, a quienes aseguró que “quiere sacar adelante”.
Antes de intentarlo se dedicaba a vender fruta en las calles de Izabal, el problema fue que las ventas a veces no prosperaban o que las autoridades municipales prohibían las ventas ambulantes, advirtiendo multas por Q500 y retirarles la mercadería.
Fue entonces que Aurora comenzó a pensar en el viaje y luego asumió la deuda de Q100 mil para pagarle al coyote.
Según dijo, los coyotes les ofrecen tres oportunidades de viaje y si no llegan en la primera “llegan en la segunda, como Dios le ayude, pero uno llega”. “Ya solo conseguiría unos 2 mil para comer en el camino”, dijo confiada en que pronto recibirá una llamada para avisarle del nuevo viaje, aunque no sabe exactamente cuándo podría ocurrir.
“No sé porque aún no me han dicho qué fecha. De un momento a otro lo llaman a uno y nos dicen qué día van a salir”, relató. Su único equipaje debe ser un teléfono, su ropa y los zapatos que lleva puestos.
Buscarán migrar pese a los riesgos
Además de Aurora, otros cuatro guatemaltecos que fueron deportados en el mismo vuelo cuentan historias similares.
Adquirieron una deuda, la primera experiencia les resultó difícil, pero al ser abordados por los medios aseguran que es bastante probable de que vuelvan a intentar cruzar de manera irregular.
“Quiero volver a intentarlo aunque se miran y se viven cosas que uno no imagina; es de película”, dijo por ejemplo, Gerson, de 23 años, quien también arribó al país de vuelta.
“Se siente triste porque uno lleva muchos sueños para realizar en otro país”, dijo Gerson, quien lamentó que las autoridades migratorias lo interceptaran.
Los coyotes ofrecen un viaje con comodidades, pero la realidad es que llegan a dormir en el suelo y a comer una vez al día. “Yo estoy desengañado -por el viaje-, pero sí pienso regresar”, declaró el joven.
Guatemala registró en 2022 un total de 94 mil deportados desde Estados Unidos y México. La cifra supone un aumento significativo en comparación con años pasados recientes.