IDEAS
A enfrentar los nuevos retos
Estamos a las puertas de un nuevo año, tratando de dejar atrás tres años muy complicados para la mayor parte de las personas, por la pandemia, la guerra y la inflación, principalmente, aparte de los retos normales que a todos nos toca enfrentar. Y aunque los problemas de estos tres años todavía pueden seguirnos afectando el próximo, sin mencionar que los guatemaltecos además debemos enfrentar un proceso electoral, sigo siendo el optimista racional que ve el próximo año con mucha emoción y esperanza.
Lo bien o mal que nos vaya depende de nosotros. Las circunstancias que nos tocan vivir no las podemos cambiar, pero sí podemos decidir cómo vamos a enfrentarlas. Por ello es importante que aprovechemos estos días para revisar qué hicimos este año y cómo podemos mejorar el que viene.
A lo largo de los años ha existido un debate sobre si lo mejor es ponerse objetivos, propósitos, o mejor enfocarse en cambiar los hábitos. Yo pienso que ambas cosas son buenas y necesarias. Uno debe saber hacia dónde quiere ir, tener una referencia de qué es lo que desea lograr, y mientras más específico sea ese destino, mejor. Pero lo más importante es que uno debe saber por qué quiere alcanzarlo. Qué es lo que realmente lo motiva. Si uno logra tener claro por qué quiere alcanzar un objetivo, y esa razón es lo suficientemente poderosa para usted, va a tener muchas posibilidades de lograr aquello que se propone. Y luego viene el cómo alcanzarlos, donde lo importante es la disciplina y los hábitos.
Hay que entender que no existen varitas mágicas para alcanzar los objetivos que uno se propone: todo se resume en trabajo y disciplina, aplicados inteligentemente en la consecución de los objetivos. No hay de otra. Como bien lo decía Coleman Cox: “Soy un gran creyente en la suerte. Mientras más duro trabajo, más suerte parezco tener”.
' Las circunstancias que nos tocan vivir no las podemos cambiar, pero sí podemos decidir cómo vamos a enfrentarlas.
Jorge Jacobs
Para algunos, la mejor forma de alcanzar un objetivo es trazar todo el camino desde la meta hacia atrás y de allí, seguirlo. Para otros, ese proceso es tan complicado, que al final nunca logramos trazar todo el camino y, por ende, tampoco lo iniciamos.
Para los que estamos en ese segundo grupo, el camino a seguir para la ejecución es a través de los hábitos. Debemos enfocarnos en hacer todos los días aquellas cosas que nos acercan a nuestros objetivos, y dejar de hacer las que nos alejan de ellos. Ese es el secreto —no es realmente algo oculto, pero pocos lo aplican—.
Muchas de las cosas que hacemos a lo largo del día las hacemos por hábito, por inercia, sin reflexionar mucho al respecto, ya que esa es la forma eficiente de trabajar para el cerebro. Cambiarlo requiere un esfuerzo adicional de nuestra parte. Primero debemos descubrir qué hábitos nos impiden alcanzar nuestros objetivos. Luego, identificar los buenos hábitos que debemos cultivar para lograrlos. Con esta información, la ecuación se vuelve sencilla: solo debe sustituir los malos hábitos con los buenos. Por supuesto, esto es más fácil decirlo que hacerlo. Lo bueno es que el esfuerzo no es de toda la vida. Una vez logre afianzar los nuevos hábitos, de allí en adelante la inercia —representando la eficiencia de nuestro cerebro— se encargará de acercarlo cada día más a sus objetivos.
Una buena manera de iniciar a cambiar los hábitos es a través de lo que se conoce como “minihábitos”, que nos lleva a cambiar poco a poco, a través de cambios casi imperceptibles, en lugar de tratar de establecer “grandes” hábitos de un solo. Para entender mejor el concepto le recomiendo los libros que iniciaron esta tendencia: “Mini Habits”, de Stephen Guise, y “Atomic Habits”, de James Clear. Así que lo invito a que, en este nuevo año, se proponga algunas metas que alcanzar, algunos hábitos para hacerlo, y dé el primer paso. Los demás, seguirán. ¡Que tenga un muy feliz y próspero 2023!