PLUMA INVITADA

La Navidad es un acto de fe para compartir

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Al caminar por las calles veo innumerables mensajes en el área pública sobre la necesidad de afiliarse. Pocos conocen el origen de la expresión en la cual encuentro más un sentido cristiano. ad = acercarse hacia; filius = hijo y la terminología Are = agradar. Afiliarse se ha convertido en un término profano en el idioma español, asociado a adscripciones a ciertos segmentos políticos de cuya veracidad seremos expuestos el próximo año.

Sin embargo, ese calor de acercarse a los padres, hijos, abuelos en Nochebuena nos devuelve el rumbo de nuestra vida cotidiana. Ese vacío, esa soledad que, como situación límite, nos limita a humanizarnos. La Nochebuena es esperada con emociones diversas. Desde la alegría de un nieto hasta la nostalgia de la vejez. Alegrarse es un sentimiento bello y noble. En una sola expresión, esperanzador. Siempre me pregunté cómo el calendario cristiano une el adviento, la Navidad, el tiempo ordinario, Cuaresma y Pascua.

' Ser cristiano comprometido es un paso para mejorar responsablemente nuestras comunidades.

José Miguel Argueta

Un detalle que me llama poderosamente la atención es que la natividad es seguida de la semana del año nuevo, en la cual humanamente procuramos avanzar en nuestro proceso de civilización. En Guatemala comenzamos con los belenes o nacimientos, unidos a un árbol de los bosques de Guatemala. Eso crea el ambiente en familia para el orgullo de los amigos con los cuales comparten. Luego viene la Nochebuena, con una límpida casa, la visita a la iglesia, tan necesaria ahora, en el ocaso de este apartheid de la pandemia. La tradicional cena navideña, en la cual la gastronomía nos permite disfrutar de un rico tamal, abrazos y bienaventuranzas. La taza de ponche, los regalos, si los hay; las tertulias, que dan paso al festejo más importante para los guatemaltecos. La Navidad es una ocasión para estar en paz; las razones y denuestos tendrán su eclipse para iluminar las vidas de aquellos a quienes la vida nos da el coraje de amar y proteger.

Todas las superficialidades o incertidumbres pasan a un segundo plano cuando es Nochebuena. Estas fiestas de fin de año son el mejor momento para acrisolar nuestra vida y así ser mejores personas, mejores vecinos, mejores padres, mejores hijos, mejores abuelos, etc.

Mis mejores bendiciones para cada uno de mis contemporáneos que comparten la chirimía, la flor de pascua, manzanilla y pino, que permiten ese maravilloso acto de compartir con una fe y fervor que debemos transmitir a nuestros hijos.
Ser cristiano comprometido es un paso para mejorar responsablemente la acción social de nuestras comunidades en cada rincón de Guatemala. Que la plenitud del creador derrame bendiciones y la providencia permita un nuevo año lleno de esperanza.

ESCRITO POR:

José Miguel Argueta

Profesor universitario del curso Unión Europea. Formación doctoral en Derecho en la Universidad Francisco Marroquín y Comunicación Estratégica en la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Politólogo de profesión.