URBANISMO Y SOCIEDAD
Las variables del cambio climático
En la reunión del COP 27, en Egipto, tenemos dos de las grandes palabras de moda en la conferencia climática de esta semana “pérdidas y daños”. Las negociaciones se han centrado en la cuestión de cómo reducir los gases de efecto invernadero y cómo hacer frente a los impactos del cambio climático. Pero podría dominar un tercer tema: si los países altamente industrializados, contribuyendo a causar el problema, deberían hacer pagos a los países que experimentan los impactos de forma directa como los nuestros, donde tenemos desastres como inundaciones, sequías, huracanes, deslizamientos e incendios forestales que cada vez son más frecuentes e intensos a consecuencia del cambio climático.
Una información sobre el cambio climático señala que la variabilidad del ciclo del agua aumenta porque se provocan fenómenos meteorológicos extremos reduciendo la capacidad de previsión de la disponibilidad de recursos hídricos, disminuyendo la calidad del agua que constituye una amenaza al desarrollo sostenible, y la biodiversidad sería plantando árboles. El clima y el ciclo hidrológico están estrechamente vinculados, de tal suerte que el incremento de temperatura y la variación en la precipitación en los escenarios más probables del cambio climático tendrá un impacto importante en la disponibilidad de los recursos hídricos del mundo en general.
' La humanidad está al borde del abismo.
Alfonso Yurrita Cuesta
Para mediados del siglo XXI, las Naciones Unidas (ONU, 2012) pronostican que la humanidad llegará a un 75% de población viviendo en ciudades; es decir, el planeta se tornará urbano y habrá una demanda de servicios sin precedente para los innumerables habitantes que estarán en las ciudades. Guatemala, siendo un país altamente vulnerable a los efectos del cambio climático y con la tendencia de la urbanización, debe generar información para que las ciudades usen medios que les permitan actuar para adaptarse a los cambios o para mitigar los efectos negativos derivados del cambio climático. Debido a la importancia que tiene la información científica para emprender acciones de cara a los efectos negativos por el cambio climático, este estudio hizo un análisis de escenarios utilizando modelos de clima. Con ello se contó con la línea base de datos climáticos históricos actuales y la identificación de islas de calor y áreas más vulnerables dentro de la ciudad para finalmente contar con una serie de propuestas de acción para hacer frente a los fenómenos.
“Anteriormente escribí una columna para prensa sobre el cambio climático y expuse que el área metropolitana va por un camino de crear problemas ambientales, al concentrar las actividades urbanas con un parque vehicular que crece en forma desmesurada e impulsados con combustibles fósiles. En Europa, 220 urbes han delimitado zonas donde solo los residentes y los vehículos más limpios pueden circular. En Guatemala, según la SAT, hay un millón 718 mil 713 mil vehículos. En el 2008 había 982 mil 430, lo que representa un aumento del 68.96%, en donde más de dos millones de automóviles no limpios circulan en la ciudad. Y no se han creado zonas peatonales, ni sistemas masivos de transporte, tal como un ferrocarril regional, combinar un transporte subterráneo con uno aéreo y una vía regional urbana”. Se espera que el impacto de un proyecto de planificación urbana en ciudades como Antigua Guatemala y Quetzaltenango, para que apliquen medidas que faciliten la adaptación al cambio climático y la mitigación de los efectos nocivos urbanos.
Tomando en cuenta la adaptación en ecosistemas y una agricultura a nivel de hogar, y planes de manejo de ciudades semiurbanas y rurales, con uso potencial de la tierra, asignando espacios para hortalizas familiares o pequeñas huertas y uso del agua de lluvias para riego en la agricultura.