Por el momento, ha coleccionado el álbum de México 1986 hasta Qatar 2022, todos llenos. “El primero lo completé gracias a mi papá y hermano. Así comenzó la tradición de ahorrar para llenarlos, porque sí es un gasto significativo”, indicó.
En la actualidad, compartió, completar el álbum es una inversión que va de los Q1,200 a los Q1,500. “Lo bonito es que se comparte con bastante gente, ya que uno se reúne con diferentes personas para realizar intercambios de estampas”.
De familia
“Siempre ha sido un proyecto familiar, donde también mi madre nos apoyó en un inicio, pues nos llevaba al mercado para comprar las estampas”, añadió.
Destacó que en el Mundial de Francia 1998 no logró coleccionar en la capital, sino en Petén, por el trabajo de su papá, y contó con el apoyo de colaboradores y amigos de la zona, lo que se convirtió en una gran experiencia.
En 1994 y 1998 el álbum oficial no llegó a Guatemala. Es por eso que se inclinó por completar el de una empresa de gaseosas. El tiempo ha pasado y cada cuatro años Fernando espera con ansias ser uno de los primeros en completar el álbum.
Su objetivo es pasarle la tradición a los pequeños de la familia, en este caso sus sobrinos, con quienes desde ya disfruta del gusto de llenar cada una de las páginas con el rostro de los jugadores.
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