Gómez tuvo 40 años de trayectoria musical, incluso el fin de semana pasado, aún participo con la procesión del Justo Juez de Quetzaltenango, conmemorando los 100 años de la hermandad. La familia informó que este 16 de noviembre se realizará la sepultura del maestro de la música sacra de Guatemala.
Gómez nació en 1956 y formó parte del pentagrama sacro guatemalteco. Creó marchas que son parte de la historia de los recorridos procesionales y tuvo un encuentro impresionante con la música.
A los 8 años, Carlos recibió una pequeña marimba como regalo de primera comunión y a partir de entonces empezó a interpretar piezas musicales con el instrumento, y en una entrevista comentó que se le facilitaba crear sus propias notas. En la adolescencia, en Antigua Guatemala, recibió la invitación para tocar la lira en la Banda Civil Departamental de Sacatepéquez, dirigida por el maestro Carlos Humberto Mendizábal.
En 1983, a los 28 años, su amigo Édgar Cabnal lo instó a formar su propia banda. “Era algo muy serio porque estampar una firma con una hermandad representa un gran compromiso”, recordó el maestro, en una entrevista que le hizo Prensa Libre en 2020.
El primer año su propuesta no fue aceptada, pero al siguiente logró su primera contratación para el cortejo de Jesús de la Caída, de San Bartolomé Becerra, el 24 de marzo de 1985. Durante 25 años participó en esa procesión, a lo que se sumaron otras invitaciones a dirigir en la capital, en las parroquias del Santísimo Nombre de Jesús, La Recolección y Santo Domingo, así como en varios departamentos, entre estos Quetzaltenango.
Fue director en los cortejos de la Escuela de Cristo, en su ciudad natal. Además, tuvo sus propias composiciones y 10 marchas de su autoría, como la dedicada a Jesús de la Caída, a las dolorosas de la Recolección y la Madre Dolorosa del Justo Juez, sin olvidar la marcha oficial de la Dolorosa de Santa Ana.