La psicóloga Annika Lohstroh alienta a los padres a decir “no” de vez en cuando y a no hacerse cargo de todas las tareas menos agradables.
Porque de lo contrario se está quitando a los niños posibilidades de aprender y de desarrollarse, que están implícitas en casi toda actividad, explica la experta desde Alemania.
Aclara, sin embargo, que siempre hay que mencionarle al niño la razón por la cual no se le cumple el deseo.
Así se evita que este tenga la sensación de que simplemente está siendo rechazado.
Para la experta el consentir empieza muchas veces, de manera inconsciente, en el deseo del adulto de ser insustituible e importante para el niño.
Entonces, se le quitan tareas y se le hacen muchos regalos para que siga siendo pequeño y dependiente.
Pero desde el punto de vista psicológico una buena infancia consiste sobre todo en momentos en que hijos y padres comparten acontecimientos maravillosos y profundos: caricias y abrazos, juegos, experiencias.
Esto permanece para siempre en la memoria, mientras que el juguete caro o el pantalón de marca muchas veces es olvidado al día siguiente.