El cementerio general de Xela, fue abierto de las 4 de la madrugada y desde esa hora decenas de personas esperaban para ingresar al camposanto. A las 8 horas, cuando el sol se levantó sobre las tumbas miles de flores de diversos colores engalanaban las tumbas.
En la Loma, un área descampada, yacen las tumbas de las primeras víctimas de Covid-19 y donde se entierran a los cadáveres no identificados, se vivieron escenas de dolor y emotivas de familias que recordaron a sus seres queridos.
Por su parte en Salcajá, en el cementerio de esta localidad coincidieron familias y amigos de los difuntos quienes además de adornar los panteones, convivieron y organizaron tertulias como antes de la pandemia.
El colectivó No´j en la Ciudad Altense exhibió una ofrenda mexicana en memoria de los difuntos y la fusionó con los tradicionales barriletes gigantes de Sumpango.
Ángeles Rodríguez, del colectivo cultural, detalló que la exposición rinde un homenaje a los difuntos e idearon fusionarla con las tradición de los barriles de Sumpango porque también honra la memoria de los muertos.
“Se dice que los barriletes son mensajes al cielo y la ofrenda busca recordar a los difuntos”, comentó Rodríguez.
Escuintlecos llegan al cementerio general de la localidad a conmemorar el Día de los Santos. Familias completas volvieron a visitar las tumbas de sus seres queridos tras dos años de ausencia por la pandemia. Mientras que para otras personas también fue una oportunidad para laborar en el mantenimiento de las tumbas.
Regresar a los cementerios a visitar a los seres queridos que nunca se olvidan ha sido un cúmulo de emociones para huehuetecos que desde las cinco horas de este martes 1 de noviembre iniciaron a llegar.
Una oración, palmadas en la lápida y las flores, todo para honrar la memoria de los que, aunque no están fisicamente, su memoria perdura.