Basada en el libro del periodista Charles Graeber que tiene el mismo nombre y dirigida por Tobias Lindholm, la película se centra en la historia real de cómo la enfermera Amy Loughren ayudó a detener las atroces acciones de su colega Charles Cullen, quien mató a decenas de pacientes a su cuidado durante más de una década mientras trabajaba en varios hospitales de EE.UU.
BBC NEWS MUNDO
“Esa amistad tenía un monstruoso lado oscuro”: la enfermera que ayudó a capturar a su amigo y colega por ser un asesino en serie (y que inspiró la película “El ángel de la muerte”)
Aunque The Good Nurse, traducida al español como "El ángel de la muerte", no carece de tensión psicológica, no es la típica producción sobre un asesino sensacionalista.
Amy (interpretada por Chastain) inicialmente se alegra de tener un amigo a su lado mientras trabaja en turnos de noche en la sala de cuidados intensivos.
Loughren y Cullen son interpretados por los ganadores del Oscar Jessica Chastain y Eddie Redmayne.
Si bien Redmayne ofrece un giro amenazante y matizado como el asesino inquietante, la piedra angular de la película es el heroísmo que muestra el personaje de Chastain, una madre soltera que sufre una afección cardíaca potencialmente mortal mientras trabaja en algo que a ella le encanta, pero que es muy exigente física y mentalmente.
Chastain dice que ese ángulo fue lo que la atrajo de la película: “Normalmente fetichizamos la violencia y el asesinato y [tenemos] la necesidad de explorar realmente al individuo que fue responsable de ello. Pero, ¿y si exploramos al individuo que lo detiene? Creo que eso es muy sanador, además de ser un acto cinematográfico radical”.
La actríz agrega: “He perdido a alguien muy cercano a mí. Y cuando has perdido a alguien… [piensas] ¿cómo podría otra persona hacer una historia y entretener con [el tema de] la muerte?”.
La historia real
La enfermera Loughren formó un estrecho vínculo con Cullen mientras trabajaban juntos en los turnos de noche en el Somerset Medical Center en Nueva Jersey, a principios de la década del 2000. Él era su confidente, la ayudó con el cuidado de sus hijas y la cubrió cuando sufrió una grave dificultad para respirar debido a su afección cardíaca.
Después de que varias muertes sospechosas en el hospital condujeran a una investigación, la policía le pidió a Loughren que los ayudara. Ella les proporcionó evidencia y terminó jugando un papel crucial en la extracción de la confesión de Cullen. Sin embargo, aceptar que un amigo cercano podría haber cometido crímenes tan terribles le pasó factura.
Loughren, quien está mejor de salud luego de una cirugía cardíaca experimental hace 18 años, dice: “Luché contra la culpa de extrañarlo [a Cullen]. Luché con la culpa de no ver que esa amistad también tenía un monstruoso lado oscuro.
“Y no quería verlo. Quería creer que era un asesino misericordioso para poder seguir preocupándome por él. Y no era un asesino misericordioso. Era un asesino a sangre fría. Luché mucho por no haberme dado cuenta”.
Ahora es más amable consigo misma.
“Literalmente arriesgué todo para asegurarme de que estuviera tras las rejas. Iba todos los días y todos los días me esforzaba sin importar cuán enferma estuviera. Además era una madre presente y una buena enfermera. Y ahora viéndola [a Jessica interpretarla], siento que podría estar orgullosa de ese personaje. Me abrió un espacio para decir: ‘Lo hice bien'”.
¿Cómo pudo pasar algo así?
El cineasta danés Lindholm, que escribió la serie de televisión Borgen y películas como Another Round, dice que no creyó mucho en la historia de Loughren cuando leyó por primera vez el guión de Krysty Wilson-Cairns hace unos años.
Decidió, entonces, que tenía que reunirse con la enfermera en persona para establecer si era realmente cierto.
“La conocí en Nueva York… y todo estaba confirmado. Además, era más brillante de lo que pensaba, más humana. Su enfermedad [del corazón] había sido mucho peor [de lo que pensaba]”.
Lindholm estaba acostumbrado a “hacer películas con mis nueve mejores amigos” en Copenhague. Nunca antes había hecho una película de estudio de Hollywood y no creía que alguna vez lo haría. Tampoco había hecho nunca una película en inglés. Pero conocer a Loughran le hizo cambiar de opinión.
“Justo ahí, decidí que haría una película estadounidense y trataría de hacer que esto funcionara… para hacer una historia sobre la humanidad, sobre la fuerza de un individuo en todo este sistema que no funcionó”.
El sistema al que se refiere es el que le permitió a Cullen moverse de hospital en hospital, dándole la oportunidad de cometer más asesinatos.
Fue despedido de cinco trabajos de enfermería y renunció a otros dos debido a preocupaciones sobre sus prácticas.
Pero durante una carrera de 16 años, siempre encontró un nuevo empleo. Se cree que esto se debe en parte a que los hospitales no compartieron sus sospechas sobre él por temor a ser demandados.
En la película, el equipo legal y el oficial de riesgos del Somerset Medical Center (interpretado por Kim Dickens) intentan mantener a la policía a distancia insistiendo en que están llevando a cabo una investigación, que parece un proceso interminable sobre cualquier irregularidad.
“Como consecuencia del caso de Charles Cullen, cada vez que se denuncia a alguien, sus registros ahora deben mantenerse durante siete años. El hecho de que eso no haya sucedido ya… es asombroso”, dice Redmayne, claramente incrédulo.
“El hecho de que se le permitió el acceso a estas personas vulnerables, es bastante desconcertante”.
El sistema de salud de EE.UU.
El sistema de salud de los EE.UU. vuelve a ser objeto de escrutinio en la película, cuando la producción destaca la lucha de algunas personas para acceder a una atención médica asequible.
Loughren estaba demasiado enferma para trabajar, pero no pudo calificar para el seguro médico hasta que trabajó en el hospital durante un año. Así que tuvo que seguir en el empleo en contra de las recomendaciones médicas.
En una escena, se la ve rebuscando suficiente dinero para pagar casi USD$1.000 por un chequeo cardíaco, y finalmente lo distribuye entre dos tarjetas de crédito.
La palabra final sobre el legado que podría dejar la película tal vez debería recaer en Loughren, quien ahora es una proveedora de medicina alternativa.
“Esta plataforma que tengo en este momento se trata realmente de dar voz a las víctimas… porque todos decían que [Cullen] era un asesino misericordioso y que iban a morir de todos modos. No, no lo hicieron. Muchas de sus víctimas eran muy jóvenes. Muchas de sus víctimas estaban a punto de salir del hospital y él les robó la oportunidad. Y sus familias merecen esa voz”.
The Good Nurse estará en cines seleccionados del Reino Unido a partir del 19 de octubre y se podrá ver en Netflix a partir del 26 de octubre. Un documental basado en la historia, titulado Capturing The Killer Nurse, también estará disponible en Netflix a partir del 11 de noviembre.
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