Rapp, también actor y que hoy tiene 50 años, acusa a Spacey, de 63, de intentar seducirlo y tocarlo con intenciones sexuales en una fiesta en 1986, cuando tenía 14 años, y reclama US$40 millones por los daños psicológicos supuestamente derivados del incidente.
En el segundo día del juicio, los abogados de Rapp, que buscan establecer un patrón de comportamiento, llamaron al estrado a Andrew Holtzman, un hombre de 68 años que en aquella época trabajaba en el Teatro Público, en cuyo Festival de Shakespeare dijo que actuaba Spacey.
Holtzman relató que en 1981, Spacey entró en su oficina con una visible erección y trató de forzarlo, sujetándolo por la entrepierna y empujándolo contra el escritorio sin decir nada mientras este intentaba zafarse y le gritaba, tras lo cual aquel salió del despacho.
El testigo, que a petición de la defensa de Spacey aclaró que él tenía 27 años y el actor 20 cuando sucedió el episodio, aseguró que se quedó “en shock” y se culpó a sí mismo por la experiencia, que asegura no puede olvidar pero que no divulgó a la organización.
Los abogados del acusado, por su parte, intentaron sembrar la duda sobre esos recuerdos mostrando una revista teatral de la producción en la que supuestamente estaba Spacey, y en la que no aparecía su foto por ninguna parte.
Rapp subió al estrado y empezó a responder preguntas sobre su vida familiar antes de que el tribunal diera la sesión por finalizada a la hora de almorzar, con lo que se espera que el próximo martes se reanude su testimonio.
El denunciante, conocido por su papel en la serie “Star Trek: Discovery”, acusó públicamente a Spacey en 2017, en pleno estallido del movimiento MeToo, y posteriormente lo demandó aprovechando una nueva ley de Nueva York que permite a las víctimas de abusos sexuales infantiles acudir a la Justicia años después.