Casi de forma simultánea el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) informó que “Ian se ha fortalecido para alcanzar la extremadamente peligrosa categoría cuatro”.
Según los datos más recientes, del avión Hurracan Hunter de la fuerza aérea, los vientos máximos sostenidos han aumentado hasta alcanzar los 220 kilómetros por hora.
Está pronosticado que la tormenta toque tierra el miércoles y que avance por Florida para volver al mar por la costa del oeste de este estado del sur de Estados Unidos a finales de jueves.
El NHC había advertido que se esperan “una marejada ciclónica que suponga un peligro para la vida en la costa occidental de Florida y en los Cayos bajos de Florida”, con vientos “devastadores” en el centro del huracán.
“Se esperan inundaciones catastróficas en varias zonas del centro de Florida”, añadió.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró el lunes estado de emergencia en decenas de condados y en la noche del martes advirtió a quienes están en las zonas que se proyectan como las más afectadas que el “tiempo de evacuar se está agotando”.
“Es necesario evacuar ahora. Van a comenzar a sentirse impactos importantes de la tormenta relativamente pronto”, dijo.
La administradora de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias estadounidense (FEMA), Deanne Criswell, se expresó en el mismo sentido.
“Si las autoridades locales le dicen a la gente que evacue, por favor escúchenlos. La decisión que tomen puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, agregó.
Para Chelsea Thompson, de 30 años, la ansiedad aumentaba mientras ayudaba a sus padres a parapetar su hogar, situado en la zona obligatoria de evacuación.
“A medida que se acerca, obviamente como lo que es desconocido, la ansiedad sube”, contó.
El Pentágono movilizó a 3.2000 guardias nacionales y hay otros 1.800 efectivos en camino.
Las autoridades de varios municipios distribuían bolsas de arena para ayudar a los habitantes a proteger sus viviendas.
Cuba a oscuras
En su paso por Cuba el huracán alcanzó categoría 3 y dejó a la isla sumida en la oscuridad tras provocar un apagón generalizado y dos muertos en la provincia de Pinar del Rio.
“No hay servicio eléctrico en ninguna zona del país en estos momentos”, dijo el martes por la noche Lázaro Guerra, director técnico de la estatal Unión Eléctrica
El huracán tocó tierra en la madrugada en la provincia de Pinar del Río, oeste de Cuba. Allí los medios estatales reportaron dos muertos.
En camino a San Juan y Martínez, a 190 km de La Habana, uno de los lugares más golpeados y zona de plantaciones de tabaco en Pinar del Río, se veían cultivos anegados, árboles arrancados y cables tirados por todos lados, constataron periodistas de AFP.
En la población Consolación del Sur, Caridad Fernández, un ama de casa de 65 años, contemplaba el desastre en el umbral de su hogar inundado, con colchones mojados. Las tejas francesas se fueron con el huracán.
“Todo lo tenemos dañado, pero lo que hay es fe en mantener la vida, y eso lo tenemos. De todo se sale, menos de la muerte”, dijo la mujer con ojeras tras una larga noche.
El tabaquero Yuslán Rodríguez, de 37 años, recorrió nueve casas de tabaco casi destruidas, incluida la suya.
“No sé qué vamos a hacer este año con la campaña (siembra )”, dijo desconsolado. “No es esta casa de tabaco, son todas las casas de tabaco de Consolación del Sur”.