En cambio, cuando escucha hablar de genialidad, el músico, novelista e investigador del talento humano Tony Estruch no piensa tanto en los grandes personajes de distintas áreas del arte y el conocimiento, sino en “el genio que hay dentro de todos y cada uno de nosotros”, un potencial innato que él nos invita a descubrir y aumentar.
“Muchas personas creen que no son buenas en nada, pero todos tenemos un don especial que nos hace únicos, y nuestra tarea es descubrir cuál es nuestro don para entregarlo al mundo”, señala Estruch, que ha creado una teoría y un método para descubrir qué clase de genio llevamos dentro, al que denomina ‘Geniotipo’.
Así se titula su último libro, ‘Geniotipo’, donde explica esta innovadora herramienta de autoconocimiento que ha desarrollado tras diez años de investigaciones junto con expertos de múltiples disciplinas, ofreciendo claves prácticas para identificar nuestras aptitudes innatas, sacar a la luz nuestro talento y potenciar “ese algo especial” que todos tenemos.
“Así, aprenderemos a desarrollar al máximo nuestras capacidades y no solo alcanzaremos con éxito nuestro propósito de vida en el plano personal y profesional, sino que también comprenderemos mejor a familiares, amigos y compañeros”, explica Estruch a EFE.
“Amar lo que hacemos es el secreto para conseguir grandes logros en la vida, y para ello es necesario conocer cuáles son nuestra pasión y nuestro genio”, apunta.
Estruch destaca que no necesitamos hacer nada especial para convertirnos en un genio: “Solo descubrir y alimentar lo que ya somos”.
Así como cada persona tiene su propio genotipo (conjunto de los genes y la información genética que conforman a un individuo), según la teoría de Estruch, cada ser humano podría encajar en un determinado ‘geniotipo’, conformado por su aptitud e inteligencia para un tipo de ocupación en particular.
Como dato curioso, el reconocido médico estadounidense Peter D´Adamo ha identificado seis tipos genéticos en los que las personas pueden encajar en función de su respuesta al ambiente: cazador, recolector, maestro, explorador, guerrero y nómada.
GEOMETRÍA DE LA GENIALIDAD.
Pero más allá de la similitud de las palabras (genotipo y ‘geniotipo’), Estruch trabaja en un campo distinto al de D’Adamo. Se enfoca en el talento, la psicología y la personalidad humanos, y en ese terreno ha identificado nueve ‘geniotipos’ básicos, designados con figuras geométricas, en los cuales podemos encajar la mayoría de las personas.
- INFINITO. Los pertenecientes a este ‘geniotipo’ son maestros de vida; su propósito es educar y mostrar caminos, acompañando al prójimo para que dé lo mejor de sí mismo.
- CUADRADO. Ordenados y meticulosos, son grandes gestores que ayudan a que el mundo funcione y no entre en el caos.
- ELIPSE. Creadores de sueños, su misión en la vida es alimentar la imaginación de los demás.
- TRIÁNGULO. Empáticos por naturaleza, son dialogantes y tienen el don de transmitir confianza a un gran número de personas.
- CÍRCULO. Además del amor incondicional, su gran baza son las corazonadas, la intuición.
- RECTÁNGULO. Con esfuerzo, constancia y austeridad, este es el genio de los que, con una existencia simple, saben vivir con rigor y felicidad.
- PENTÁGONO. Su talento se orienta a curar y a solucionar problemas.
- ROMBO. Quienes acompañan en el último viaje y se ocupan de lo trascendente, de lo esotérico.
- ESTRELLA. La marca del genio innato: de la buena o mala gestión de su talento depende acabar como un juguete roto o iluminar el mundo.
Estruch explica a EFE que sus investigaciones desvelan que el talento de cada persona se fundamenta, entre otras cosas, en las capacidades cognitivas y perceptivo-motrices y en el tipo de creatividad (innata, analítica o intuitiva) que tenga dicha persona.
“Conocer su ‘geniotipo’ le hará conocer más allá de lo que es capaz de identificar en usted ahora mismo”, señala Estruch, que ofrece un test en línea, con 47 preguntas, que nos ayudarán a descubrir cuál es nuestro tipo de genio.
Estruch recomienda contestar este cuestionario, sin prisas, con atención y siendo honestos. Aconseja responder “lo que realmente sintamos”, sin pensar en lo que sería lo mejor para nosotros, e independientemente de las circunstancias actuales y de si podríamos dedicarnos en estos momentos a eso que nos gustaría.
El autor de la teoría de los ‘geniotipos’ describe, a petición de EFE, tres indicadores que nos ofrecen algunas pistas sobre cuál es nuestro genio, ese don que nos hace únicos.
“Aquello que amamos hacer es un llamado natural de nuestro talento, y apasionarnos con ello nos hará alcanzar genialidad”, señala Estruch, en lo que considera un primer indicio de nuestro ‘geniotipo’.
Otro indicador es lo que denomina “la señal del tiempo fundido”
“Cuando estamos haciendo algo y no nos damos cuenta del paso del tiempo, eso indica que esa actividad está alineada con nuestro talento. En cambio, cuando hacemos algo y miramos el reloj cada 5 minutos para ver cuánto tiempo falta para terminar, eso indica que lo que estamos haciendo no tiene nada que ver con nuestro genio interior”, explica Estruch.
Por otra parte, señala que “no solemos valorar aquello que para nosotros es simple y fácil de hacer. Pero justamente cuando hacemos algo con facilidad y a los demás les resulta difícil, esto es una pista de que nuestras fortalezas y dones están alineadas con esa acción o actividad”.