MIRAMUNDO

Represión e independencia

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Don Julio Vielman al empezar su libro Enigmas de la Independencia redactó una nota personal con mucho significado en estas fechas a las que llegamos a 201 años de Independencia de la Corona Española: “Si hay algo que los chapines compartimos casi universalmente es la ignorancia de cómo fue que adquirimos la nacionalidad que hoy ostentamos, cuando nos independizamos de España en 1821. El desconocimiento del proceso independista y sus protagonistas es simplemente pavoroso pues no parece causar desazón alguna en los guatemaltecos que padecen de eso… la Universalidad de este desconocimiento es apabullante. Es como si los orígenes de nuestra ciudadanía hubieran sido amputados y atrofiados de nuestra conciencia. Es como si nuestra transformación de vasallos de España a ciudadanos libres de un Estado propio se hubiera logrado mediante un acto de prestidigitación, tan veloz que fue imposible captar… Se parece mucho a una orfandad que desconoce su proveniencia”.

' La Capitanía General era gobernada por José Bustamante y Guerra, un personaje nefasto.

Alejandro Balsells Conde

Esas letras tienen mucho de cierto, repetimos cual loros “sin choque sangriento nos colocaron en un trono de amor”, pero esto es bien relativo, porque sí existieron sendos levantamientos, sublevaciones, pactos, asonadas y actos de represión por los cuales muchos patriotas ofrendaron sus bienes, su libertad y hasta su vida por el ideal independista.

Las insurrecciones en El Salvador, Tegucigalpa y Granada son hechos fundamentales para entender la Centroamérica de aquel momento y en la Navidad de 1813 la conocida como “Conspiración de Belén” en Guatemala constituye, uno de los tantos hechos, que no pueden pasar desapercibidos, porque incluso hay quienes sostienen que de conspiración no había nada, sino eran tertulias universitarias e intelectuales para tocar los temas de interés, en las cuales sin duda, criticaban en algo al régimen imperante y don Julio Vielman quien se dio a la tarea de estudiar el proceso judicial por el cual fueron señalados los personajes, nos dejó escrito: “Los incoados declararon que se trataba de simples discusiones de temas públicos, meras tertulias en las que a veces se jugaban cartas. En cambio, los delatores, tratando de impresionar a sus jefes, magnificaron las reuniones como verdaderamente revolucionarias e independistas”.

En aquel momento la Capitanía General era gobernada por José Bustamante y Guerra, un personaje nefasto por su proclividad a la violencia y la represión. El 21 de diciembre de aquel año comenzaron las capturas y esto significó que una de las figuras más preclaras del liberalismo centroamericano como José Francisco Barrundia evadiera su captura y se viera obligado a esconderse por 6 años hasta la promulgación de un indulto real liberando a los detenidos, por su parte Manuel Tot enfermo huyó y la muerte le alcanzó.

Don Julio Vielman agrega: “Los detenidos fueron juzgados por una comisión militar nombrada por el Capitán General y presidida por él mismo. No hacía mucho que Bustamante había logrado la autorización de la Regencia para aplicar el fuero militar a civiles acusados de actividades sediciosas, desestimando a los tribunales civiles a los que legalmente les correspondía esta responsabilidad”.

Es importante estos puntos justo en estas fechas de celebración independista, porque vemos que tanto en tiempos coloniales, como ahora, en estos lares se utiliza el barniz judicial para acciones represivas y cómo existen procesos judiciales instigados por aduladores y serviles de profesión.

Someter el poder al derecho es un reto en cualquier Estado y para algunas autoridades de la Corona Española en 1813 existían peligrosos aires de libertad motivados en 1812 por la Constitución de Cádiz la cual recogió los primeros intentos por crear un orden jurídico donde la libertad fuera respetada por el poder, lo cual no gustaba a quienes creían (y creen) en el ejercicio del poder sin límites.

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.