Las monjas, según ellas mismas han comentado en redes sociales, se percataron de la presencia de uno de los sujetos en un segundo piso del convento donde le encararon y forcejearon para evitar el robo de computadoras y teléfonos.
“Lo encontramos en el segundo piso, cargando con todo lo que podía, computadores y cargadores” de teléfono, en una mochila, comentó Susana, una de las religiosas que recibió golpes y patadas del sujeto cuando intentaba echarse a la fuga tras ser descubierto.
El hombre trató de escabullirse, rompió una ventana del segundo piso y logró salir, pero no pudo huir porque los vecinos ayudaron a atraparlo, agregó.
Para la hermana Priscila, este tipo de hechos en su sector “es muy frecuente” y es lamentable porque se produce en un espacio, como el convento, adonde la gente acude “porque necesita”.
Hace unos dos meses, varios delincuentes ingresaron a la guardería de niños que las madres disponen en un sector del convento y se sustrajeron varias cosas, agregó la religiosa, tras destacar la actitud de los vecinos del barrio que en esta ocasión ayudaron a frustrar el robo.
“Nos apoyaron, nos ayudaron a cogerlos” y eso demuestra que “este sector está unido y que nos cuidamos los unos a otros”, agregó Priscila.
El suceso reproducido en las redes sociales generó un gran debate en esas plataformas, donde se ha criticado la espiral de violencia y auge de la delincuencia que vive el país desde hace varios meses, con noticias de robos, asaltos y crímenes que se reportan a diario en redes sociales, noticiarios de radio y de televisión.