Salud y Familia

Cuando los padres no apoyan la elección de una carrera universitaria

¿Cómo actuar en el momento que se tensa la relación padre-hijo frente a las decisiones que quieren tomar los jóvenes por su futuro profesional?

Cuando los padres no están de acuerdo con la elección de carrera universitaria

Cuando los padres no apoyan a sus hijos en la elección universitaria pueden aparecer roces y decepciones. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

La historia de muchos menores de edad está regida dentro de una línea de tiempo tan predecible como normada dentro de la sociedad. En orden, la ruta iría así: nacer, crecer, cursar preprimaria, primaria, básicos, diversificado y, por último, cursar una carrera universitaria, antes de ese gran precipicio desconocido que es la adultez.

Comúnmente ese último peldaño de juventud supone para los estudiantes una aventura incierta motivada por la curiosidad, pero también por la convicción de forjar y cimentar lo que desean ser (aunque esto pueda cambiar en el camino).

Más allá de esa mirada casi trascendental, es pertinente hablar de la carrera universitaria como el garante educativo y de supervivencia que es.

La educación superior le brinda al estudiante y futuro profesional las competencias y nivel de especialización para poder ingresar a un mundo laboral nacional e internacional”, infiere Marcela Pereira, psicóloga educativa de la Facultad de Humanidades en la Universidad Rafael Landívar.

La psicóloga clínica Inés Zepeda apunta que estudiar en la universidad no es un proceso “meramente vital”, ya que esto no impide el desarrollo de la supervivencia humana.

Para la especialista, se trata más bien de un proceso para la autorrealización y el reconocimiento sobre las capacidades técnicas que pueda desarrollar alguien en un área, tanto de forma teórica como práctica.

Detrás de la decisión por elegir formarse académicamente en una carrera profesional, yace una gran carga identitaria y psicológica.

En la medida que los jóvenes tengan claro qué desean estudiar, podrían “responsabilizarse de su propio proceso e involucrarse de la manera que crean más pertinente, por lo que es indispensable que estén contentos con la decisión”, explica Zepeda.

Por otro lado, la psicóloga Pereira argumenta que una buena elección puede fomentar a que se concluya de manera satisfactoria la carrera universitaria. Esto dependería de una reflexión suficientemente fundamentada, analizada y reflexionada alrededor de las habilidades, inclinaciones e intereses del joven.

Padres versus el futuro universitario

Aunque parezca desestabilizante e incluso improbable, lo cierto es que no siempre los padres del joven -o los adultos que se hacen responsable de este- vayan a comulgar con el mismo deseo del futuro universitario.

Esta situación puede decir mucho sobre las diferencias entre ambas partes, pero también de un prejuicio que guardan los mayores sobre la carrera en desacuerdo, malas experiencias vinculadas a esa profesión o estudio, y generalmente, de la poca información que tienen sobre la carrera, explica Inés Zepeda.

No obstante, la actitud puede explicarse desde una supuesta protección en la que los padres o adultos responsables buscan evitar que el joven no estudie esa carrea, ya que inferirían no le es conveniente por distintas razones.

Entre ellas, dice Marcela Pereira, está el hecho que los adultos o padres no hayan sido tomados en cuenta en la evaluación de la carrera, o porque no hay comodidad con los horarios o los costos de la carrera.

Cuando los padres no están de acuerdo con la elección de carrera universitaria
A pesar de la falta de apoyo por parte de los adultos, los jóvenes tienen la última palabra en cuanto a lo que harán de su futuro. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

“Muchos jóvenes pueden sentirse desmotivados, ya que para ellos la etapa es crucial y la toma de decisión en consenso con sus padres podría darles seguridad”, comenta Pereira.

Sin embargo, esto no debería ser un impedimento para la búsqueda de la realización personal de los jóvenes tomando en cuenta que, para la época en la que decidan sobre su carrera y empiecen a estudiarla, ya estarían en su mayoría de edad.

“No es razonable que el sentir de los padres limite a sus hijos a que puedan tomar decisiones. Los adultos tienen derecho que no les guste la carrera, pero no pueden decidir por sus hijos”, argumenta Inés Zepeda.

Ante los deseos confrontados

En el impase de esa decisión existen varias recomendaciones que deberían atenderse cuando surge la tensa dinámica padre-hijo frente a las decisiones que quieren tomar los jóvenes por su futuro profesional.

Marcela Pereira destaca que, en estos casos, debería prevalecer un rol activo de los padres para que puedan motivar a sus hijos a que encuentren una carrera que se adecúe a su gusto. De acuerdo con la psicóloga educativa, se sugiere que dialoguen y analicen el panorama, acompañando a los jóvenes a que identifiquen sus fortalezas, debilidades, intereses, frustraciones, capacidades y limitaciones.

Cuando los padres no están de acuerdo con la elección de carrera universitaria
Es importante que los jóvenes estén conscientes de sus capacidades para tomar una buena decisión universitaria. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Acompañarlos a ferias universitarias, investigar sobre carreras y becas, propiciar espacios de diálogo para el autoconocimiento de habilidades, y ayudarlos a crear una ruta de acción, pueden aportar.

Estos análisis y acercamientos de los padres podrían facilitar la toma de decisión y ayudar a que los adultos empaticen. Sin embargo, se debe recordar que la última palabra debería tenerla el futuro estudiante.

“La autorrealización profesional de los hijos dependerá que amen lo que hacen y se sientan capaces de hacerlo, por lo que la decisión puede ser reflexionada y consensuada con la familia, pero los hijos deben tomar la elección final”, comparte Marcela.

ESCRITO POR:
Alejandro Ortiz
Periodista de Prensa Libre especializado en temas sobre cultura y bienestar, con 5 años de experiencia.

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