PLUMA INVITADA

¿Por qué nos conformamos con ser mediocres?

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Recientemente, el Mineduc anunció que la práctica supervisada se suspende por tercer año consecutivo… y todos sólo leemos la noticia y la aceptamos.

' Parecería que a los padres y a los alumnos solo les interesa obtener el título para colgarlo en la pared.

Carlos R. Paredes

Al buscar el significado de Mediocre, aprendemos de la RAE que significa “de calidad media; de poco mérito, tirando a malo”. En lo personal, considero que nuestra actitud ante el deficiente sistema educativo de Guatemala es precisamente eso: una actitud mediocre porque cada día la educación se deteriora y sencillamente lo aceptamos. Nuestra educación cada día tira más hacia lo malo y se aplica desde la escuela primaria hasta la misma universidad.

Las recientes pruebas han demostrado que, luego de casi dos años de clases virtuales o híbridas por la pandemia, nuestros estudiantes presentan un fuerte rezago. Por supuesto, el problema no es particular de nuestro país, sino de todo el mundo. Lo malo es que Guatemala pasó de un sistema educativo rezagado a uno totalmente obsoleto e inútil. Durante la pandemia, todo el sistema escolar cambió. Las clases virtuales hicieron que la responsabilidad del aprendizaje de los estudiantes estuviese a cargo de los padres, que realmente no tenían ni la experiencia de enseñar ni la vocación para ello. Mucho lograron al supervisar a sus hijos mientras realizaban sus labores diarias desde su trabajo en casa. Adicionalmente, muchos maestros “se lavaron las manos” de los resultados y, junto con la promoción automática de los alumnos, contribuyeron al rezago. Ahora, al iniciar las clases presenciales, salen a la luz las terribles deficiencias del aprendizaje, que no solo abarcan el conocimiento, sino también muchas habilidades blandas que cada día son más importantes. El precio que pagamos por los dos años de clases virtuales es muy alto y todos sencillamente lo aceptamos. Al conformarnos, mostramos una actitud que promueve la mediocridad.

Cómo padres de familia, debemos luchar para asegurar que nuestros hijos gocen de un mejor futuro. Su futuro comienza ofreciéndoles la mejor educación posible. Sin embargo, la mejor educación no se mide por el ranquin de la institución o por el precio de su colegiatura, sino por la calidad de la educación que imparte. Muchos padres de familia consideran que si la institución donde estudian sus hijos tiene un precio alto, significa que es buena, cuando rara vez es el caso. Actualmente, muchas instituciones educativas con mucho prestigio en Guatemala han antepuesto el beneficio económico a la calidad educativa. Hoy algunas universidades privadas locales parecen más un colegio que una universidad.

Todo lo anterior sucede ante nuestros propios ojos y sencillamente lo aceptamos. Parecería que a los padres y a los alumnos sólo les interesa obtener el título para colgarlo en la pared, sin ningún interés en realmente ser el graduado que el título representa. En nuestra mediocridad aceptamos que las clases sean cada vez menos exigentes y exigimos que nuestros hijos reciban múltiples oportunidades para aprobar sin realmente estudiar. El mensaje que les transmitimos a nuestros hijos es que está bien irse por la vía fácil y que está bien aceptar la corrupción para mejorar económicamente. ¡Les enseñamos que ser mediocres está bien!

Bien dicen que todo pueblo se merece los gobernantes que tiene. Si nosotros somos mediocres y cada vez tiramos más hacia lo malo, es natural que nuestros gobernantes sean cada vez más corruptos. En nuestras manos está el cambio y consiste únicamente en dejar de ser mediocres. Por ello es imprescindible que el cambio se dé en cada uno de nosotros, rechazando la obvia mediocridad, empezando por nuestro sistema educativo, para lograr un mejor futuro para nuestros hijos.

ESCRITO POR:
Carlos R. Paredes
Consultor en desarrollo institucional y empresarial. Máster en Economía Aplicada y Administración de Negocios. Ingeniero Mecánico Industrial. Exdirector ejecutivo del Campus Sur UVG. Exdecano de la Facultad de Ingeniería UVG. Catedrático universitario.