Son pocas las oportunidades en la historia de una empresa donde sus gerentes se encuentren con tantas formas alternativas de capturar ventajas competitivas, resetear industrias o ampliar sus legados. Esto debido a que estamos en un momento de grandes desafíos en temas de sostenibilidad ambiental. Los préstamos de empresas relacionados con temas estratégicos de sostenibilidad ya exceden los US$1.6 trillones para 2021; es decir que se han multiplicado por tres desde el 2019. Por otro lado, los gobiernos están buscando activamente el impulso de los temas relativos a sostenibilidad a través de iniciativas verdes, en las cuales se espera una creación de nuevos puestos de trabajo que superan los tres millones para el 2050. Todo esto, en buena parte, bajo la guía de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las iniciativas de Pacto Global.

Así que la pregunta que nos debemos hacer es: ¿Cuáles han sido las iniciativas estratégicas que mi empresa ha impulsado en los últimos tres años?, ¿cuántas alianzas estratégicas he promovido con la academia para generar o modificar tecnologías de impacto sobre la sostenibilidad? La empresa de consultoría BCG explica que, al valorar el alcance, la escala y la velocidad de la transformación se puede estimar qué tan sólida es la estrategia de sostenibilidad en una empresa. Enfatizan que una empresa debería alcanzar cierto grado de escala en por lo menos los siguientes indicadores:

• En su base de activos que permiten transformaciones de sostenibilidad en las operaciones de la empresa y en la de sus clientes.

• Un portafolio de productos que muestre no solo un crecimiento importante en su porcentaje de participación sobre los ingresos totales generados por ventas, sino también una mejora en sus márgenes de contribución.

• La restructuración de las cadenas de abastecimiento hacia diseños que mejoren su resiliencia para el negocio y menores emisiones vía mejores suplidores sostenibles y competencias.

• Nuevas propuestas de valor que sean diferenciadas y valoradas de acuerdo con sus beneficios de sostenibilidad.

Todos estos indicadores requieren no solo de inversiones en activos, sino en la formación de nuevas competencias y alianzas estratégicas. Los indicadores se sustentan en el tiempo con apoyos claros a la innovación y el cambio de paradigma dentro de la cultura empresarial. Por ejemplo, solo en Universidad del Valle nos hemos involucrado como academia en más de diez colaboraciones de transformación sostenible con empresas. Las empresas que forman parte de Pacto Global Guatemala han tomado el liderazgo para catalizar estos desafíos tanto de corto como de largo plazo, con una mirada integral desde la empresa, clientes, competidores, y cadenas de valor. Todo esto en búsqueda de identificar nuevas oportunidades para generar valor sostenible, y no solo como un esquema de corto plazo para reformular parte de sus operaciones.

En el momento actual, el hecho de visualizar los desafíos de la sostenibilidad ambiental como un problema reducido o limitado a neutralizar un par de fuentes de emisión dentro de nuestras operaciones, en lugar de utilizar el esfuerzo para impulsar el crecimiento del negocio de forma estratégica, puede llevarnos al fracaso en el mediano y largo plazo. El reducir las emisiones no es en sí mismo inconsecuente, pero no es ni estratégico en su naturaleza. La clave hacia el futuro será el ver estos desafíos y oportunidades a través de estos lentes más estratégicos.