La conocida frase de “la comida entra por los ojos”, en referencia a que tendemos a comer y beber aquello que nos llama más la atención visualmente, haciendo que un plato de aspecto delicioso despierte nuestra voracidad, parece estar respaldada por la evidencia científica, según una investigación reciente.
A la inversa, y de acuerdo a otro informe que también cuenta con el respaldo de la ciencia, los alimentos pueden influir en nuestra visión de manera positiva, ayudando a que nuestros ojos se mantengan libres de enfermedades y desórdenes frecuentes, como la sequedad ocular y las cataratas.
PRIMERO EL COLOR, DESPUÉS EL OLOR
El orden en el que tus sentidos interactúan con una comida determinada tiene un tremendo impacto en cuánto te gusta dicha comida, de acuerdo a un estudio dirigido por la Universidad del Sur de Florida (USF), en Tampa (Florida, EE. UU), que concluye que “la comida nos sabe mejor si la vemos antes de olerla”.
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Los investigadores de la USF llegaron a esta sorprendente conclusión tras efectuar una serie de experimentos con galletas, caramelos gomosos saborizados y limonada, en el que participaron dos centenares de personas.
Los experimentos consistieron básicamente en que los participantes interactuaran con esos alimentos y bebidas, en dos formatos (en paquetes o envases transparentes, que permitían observar el contenido; y en paquetes o envases opacos, que ocultaban su contenido a la vista).
Además, los productos fueron expuestos a los participantes en diferentes órdenes en cuanto a su percepción mediante los sentidos: visual antes de olfativa, olfativa antes de visual, solo visual y solo olfativa.
Pese a ser el mismo producto, unos caramelos gomosos de frutas (“fruit snacks”, en inglés) con sabor a fresa envasados en un sobre, los participantes consideraron que tenían mejor sabor cuando podían verlo antes de olerlo, en comparación con otro grupo, que pudo oler el artículo antes de verlo, según la USF.
Los investigadores obtuvieron esos mismos resultados al estudiar cómo los participantes percibían el sabor de las galletas.
Y lo mismo sucedió cuando los participantes probaron una limonada de color amarillo, servida de dos maneras (en vasos de plástico con tapa, unos transparentes y otros de un color opaco) comprobando que los participantes prefirieron la bebida que podían ver antes que oler y que la bebieron en mayor cantidad.
Esto se debe a que el hecho de poder ver un alimento antes de olerlo ayuda a procesar el estímulo olfativo con mayor facilidad, lo que a su vez mejora la percepción del sabor de los alimentos, según Dipayan Biswas, profesor de marketing de la USF.“Los aromas juegan un papel muy importante al influir en las percepciones del gusto de un alimento, pero curiosamente las personas pueden procesar mejor la señal de un aroma en sus cerebros cuando la percepción de dicho olor está precedida por una señal visual correspondiente, como el color”, apunta.
ALIMENTOS PARA LA SALUD OCULAR
Por otra parte, desde la Academia de Oftalmología estadounidense (AAO, por sus siglas inglesas) explican por qué es importante la nutrición para una buena visión.
“Algunos nutrientes mantienen el ojo saludable en general, y se ha descubierto que algunos de ellos reducen el riesgo de enfermedades oculares”, señala la doctora Rebecca J. Taylor, oftalmóloga en Nashville (Tennessee, EE. UU) en un informe de la AAO.
“Llevar una dieta baja en grasas y rica en frutas, verduras y granos integrales puede ayudar no solo a su corazón, sino también a sus ojos”, según Taylor.
Añade que esto no es sorprendente, ya que nuestros ojos dependen de arterias diminutas para obtener oxígeno y nutrientes, al igual que el corazón depende de arterias mucho más grandes, por lo que mantener esas arterias sanas ayuda a los ojos.
Por ejemplo, la retina necesita mucha vitamina A para ayudar a convertir los rayos de luz en las imágenes que vemos y además, sin una suficiente cantidad de esa vitamina los ojos no pueden mantenerse lo suficientemente húmedos para prevenir la sequedad ocular, según Taylor. Las zanahorias son una fuente conocida de vitamina A y las batatas (también denominadas boniatos o camotes) aportan aún más. Las frutas, como el melón y los albaricoques, pueden ser buenas fuentes de esta misma vitamina, según esta oftalmóloga.
La vitamina C también es fundamental para la salud ocular, ya que ayuda a proteger el cuerpo del daño causado por algunas cosas que comemos, como los alimentos fritos, hábitos poco saludables como el tabaco y factores ambientales como la radiación solar, ayudando a reparar las células dañadas y desarrollar nuevas células de tejido, según Taylor.
Añade que la vitamina C es un antioxidante, una sustancia que puede prevenir o al menos retrasar la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) y las cataratas, según el estudio sobre salud ocular AREDS.
La doctora Taylor explica que las frutas cítricas, como las naranjas, mandarinas, toronjas y los limones, son buenas fuentes de vitamina C, la cual está presente además en muchos otros alimentos como los duraznos (melocotones), los pimientos rojos, los tomates y las fresas.
Otro antioxidante importante es la vitamina E, que ayuda a mantener las células sanas, y puede encontrarse en los aguacates, las almendras y las semillas de girasol, según esta experta.
Las dietas ricas en ácidos grasos omega-3 de pescado de agua fría, entre los que se incluyen el salmón, el atún, las sardinas, el halibut (fletán) y la trucha, pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades oculares más adelante en la vida, sugiere una investigación, de acuerdo a Taylor.
Destaca que los omega-3 también son buenos para la función lagrimal, por lo que comer pescado puede ayudar a las personas con “ojo seco” (síndrome de sequedad ocular).
La luteína y la zeaxantina, unos antioxidantes que se encuentran en los pigmentos de las verduras de hoja verde y otros alimentos de colores brillantes, son clave para proteger la mácula, el área del ojo que nos brinda nuestra visión central y más detallada.
La col rizada y las espinacas contienen estos nutrientes, también presentes en la lechuga romana, las coles, las hojas de nabo, el brócoli y los guisantes, así como en los huevos, según Taylor. El mineral zinc, que ayuda a mantener sana la retina y puede proteger los ojos de los efectos dañinos de la luz, está presente en los frijoles y legumbres. Otros alimentos ricos en zinc son las ostras, las carnes rojas magras, las aves y los cereales fortificados, explica la oftalmóloga de Nashville.
Explica que “comer los alimentos correctos es la mejor manera de obtener nutrientes saludables para los ojos”, aunque a las personas con degeneración macular, una afección ocular relacionadas con la edad, a veces el oftalmólogo les puede recomendar que tomen suplementos alimenticios.
En el mercado existen suplementos de calidad para el mantenimiento de la salud ocular, que incluyen zinc, betacarotenos (pigmentos antioxidantes que se convierten en vitamina A en el cuerpo), omega 3, así como vitaminas y minerales beneficiosos para la visión, según informa la plataforma en línea Nutritienda .