Desde entonces, prácticamente no ha parado de jugarlo.
Para Sein Lin, de 72 años, matar soldados virtuales de Birmania es una manera de participar en la resistencia real contra las despiadadas fuerzas militares del país, las cuales han asesinado a miles de ciudadanos tras tomar el poder mediante un golpe de Estado el año pasado.
Desde su debut en marzo, “War of Heroes” ha sido descargado más de 390.000 veces. Muchos jugadores afirman estar motivados por la promesa de los creadores de donar las ganancias para contribuir al financiamiento de las fuerzas de resistencia en Birmania y ayudar a quienes han sido desplazados por los combates.
“Aunque no puedo matar a los soldados que están masacrando brutalmente a los civiles, matarlos en el juego también es satisfactorio”, afirmó Sein Lin. “De una forma u otra, jugar el videojuego y cliquear hasta que me muera ayudará a la revolución”.
Las fuerzas militares de Birmania, conocidas como el Tatmadaw, gobernaron previamente el país durante medio siglo y han estado en guerra contra sus propios ciudadanos desde hace mucho tiempo. Desde que derrocaron a los funcionarios elegidos por el pueblo en el golpe de Estado del año pasado, el régimen ha intentado aplastar la disidencia a través de la detención de líderes de la oposición, el asesinato a tiros de manifestantes desarmados, bombardeos contra campamentos guerrilleros y la quema de miles de casas.
Muchos opositores al régimen han huido a la jungla, donde han formado la Fuerza de Defensa del Pueblo (PDF, por su sigla en inglés), un ejército con más de 60.000 combatientes bajo el liderazgo del Gobierno de Unidad Nacional, que trabaja en las sombras. Una cantidad similar de combatientes en zonas urbanas ha formado unidades guerrilleras semiautónomas, conocidas como las Fuerzas Locales de Defensa del Pueblo.
“War of Heroes” fue creado por tres desarrolladores nacidos en Birmania que abandonaron el país antes de que los generales tomaran el poder el 1.° de febrero de 2021. Uno de ellos, Ko Toot, afirmó que la motivación para crear el juego se produjo luego del arresto y posterior desaparición de algunos colegas en la industria tecnológica de Birmania que estuvieron involucrados —o sus familiares— en protestas contra el golpe de Estado.
A mediados de junio se lanzó una versión de paga del juego y, en cuestión de días, comenzó a aparecer regularmente en las listas de los 10 juegos más populares en la App Store de Apple en Estados Unidos, Australia y Singapur. “La gente de Birmania en todo el mundo lo está descargando”, afirmó Toot.
En “War of Heroes”, los jugadores van a la batalla y matan soldados del régimen y suben de rango a medida que el juego se vuelve más difícil. En niveles más altos, los jugadores pueden atacar a espías civiles, celebridades traidoras que apoyan a la junta militar y líderes golpistas.
“Necesitamos que te unas a nuestras fuerzas de la resistencia para proteger a los inocentes de las Fuerzas Militares del Mal”, dice la descripción del juego en la App Store. “Tu deber es unirte a la Fuerza de Defensa del Pueblo y convertirte en el mejor guerrero por la libertad”.
La versión gratuita del juego obtiene dinero cuando los jugadores ven anuncios. La versión de paga genera ingresos cuando los jugadores la descargan o compran municiones. Los usuarios que juegan lo suficiente como para producir el equivalente a 54 dólares en el juego reciben un “certificado de aptitud” por participar en la Revolución de la Primavera, como se les conoce a las protestas en Birmania, y por donar dinero.
Hasta ahora, los desarrolladores afirman haber donado 90.000 dólares. Cerca de una quinta parte se ha destinado a ayudar a las personas desplazadas. El resto ha sido donado a más de 20 grupos locales de defensa.
Para poder acceder al juego, los jugadores en Birmania necesitan una red privada virtual (VPN, por su sigla en inglés) para sortear las restricciones de internet. Para evitar arrestos en los puntos de control o durante retenes policiales aleatorias, los jugadores desinstalan el juego de sus teléfonos antes de salir a la calle y lo descargan nuevamente al regresar.
El juego ha atraído a algunos fanáticos inesperados, entre ellos un monje budista y un miembro del Tatmadaw.
Pyinnyar Won Tha, un monje de 32 años en Lashio, una ciudad en el noreste de Birmania, es un ávido jugador. Afirma que, aunque Buda dice que no se debe matar a ningún ser vivo, el pueblo de Birmania debe defenderse de la junta militar.
“Jugar una partida de ‘PDF’ va contra las enseñanzas de Buda, pero no me siento culpable porque estamos muriendo bajo la opresión del régimen militar”, sentenció. “Si alguien amenaza nuestras vidas, debemos matarlo solo para defendernos. De lo contrario, nos podrán matar en cualquier momento”.
Aseguró que “War of Heroes” es el primer videojuego bélico que ha jugado. La promesa de los desarrolladores de donar dinero a las personas desplazadas y a los combatientes de la resistencia lo convirtió en un fanático del juego.
“En el verdadero budismo los monjes deben ser respetados, pero la junta militar los está torturando y asesinando”, afirmó. “Así que es justo jugar un videojuego para darles karma”.
El videojuego se ha vuelto tan popular que algunos soldados también lo están jugando. Desde el golpe de Estado, el número de desertores ha crecido. A quienes permanecen en las fuerzas militares, pero están en contra del régimen se les conoce como “sandías”: verde militar por fuera y rojo (color que representa el movimiento a favor de la democracia) por dentro.
Un soldado, cuyo nombre es omitido por su seguridad, afirmó que si pudiera desertar lo haría, pero sabe que el Tatmadaw tomaría represalias contra sus familiares. Es por eso que, para ayudar a la revolución, le proporciona clandestinamente información interna a la resistencia, afirmó.
También juega “War of Heroes”.
“Tras el golpe de Estado, tenía muchas ganas de matar a los generales de la dictadura y a los soldados que ven al pueblo como su enemigo”, afirmó. “Pero mi situación no me permite matarlos en el mundo real. Si la situación lo permitiera, lo haría”.
El videojuego le permite desahogar su ira. “Es una sensación agradable matar soldados de las fuerzas militares de Birmania en el juego”, afirmó. “Como mínimo, me alegra poder matar soldados y darle dinero a la revolución”.