La del martes 19 de julio es una audiencia preliminar dentro de una batalla legal sin precedentes entre el hombre más rico del mundo y la popular red social, decidida a que el magnate la compre.
Hace una semana la plataforma presentó una demanda contra Musk, dueño de la automotriz Tesla y la aeroespacial SpaceX, para forzarle a cumplir su compromiso de adquisición.
A pesar de que atraviesa una crisis reputacional por la andanada de ataques y críticas de Musk, “las acciones de Twitter han estado en buena forma” desde que presentó la demanda, dijo el analista Dan Ives de Wedbush Securities.
“Da la impresión de que muchos inversores que leyeron la demanda concluyeron que este enfrentamiento tipo Game of Thrones en la corte terminará con una victoria de Twitter”, sostuvo.
Al decir “victoria”, Ives se refiere a que la jueza decida obligar a Musk a comprar la compañía californiana al precio que se pactó a finales de abril (US$54.20 por acción) o que pague una considerable indemnización.
Hoy Twitter cotiza por debajo de US$40 por acción.
El magnate deshizo unilateralmente el acuerdo el 8 de julio, tras alegar que la junta directiva de Twitter no le había entregado información confiable sobre la cantidad de cuentas falsas activas en la red.
“No ha sido blanda”
El litigio estará en manos de la Corte de Chancery, en el pequeño estado de Delaware, Estados Unidos, que se especializa en derecho empresarial.
Su presidenta Kathaleen McCormick tomó el caso.
“Es una jueza muy seria, no se dejará intimidar por ninguna de las partes. (…) En el pasado, no ha sido blanda con quienes muestran mala fe”, afirmó Adam Badawi, profesor de Derecho de la Universidad de Berkeley.
En su demanda, Twitter precisamente acusa a Musk de “hipocresía” y “mala fe”.
“Después de armar un gran show para ir por Twitter, y de proponer y luego firmar un acuerdo de fusión, Musk cree que es libre (…) para cambiar de opinión, difamar a la compañía, interrumpir su negocio, destruir el valor de sus acciones y lavarse las manos”, explicaron los abogados de la empresa.
Kathaleen McCormick es conocida por haber obligado a Kohlberg, una empresa que también intentó salirse de un compromiso, a comprar la empresa DecoPac.
La red social utilizada en todo el mundo por políticos, celebridades, activistas e influencers, parece tener poco que ver con compañías más pequeñas.
Sin embargo, “no es suficientemente diferente para que Delaware arriesgue su reputación y decida no implementar los términos del acuerdo”, considera Badawi.
“Electrón libre”
La audiencia del martes busca definir la fecha de un posible juicio.
Twitter pidió un proceso acelerado, que comience en septiembre, para que no se prolongue el período de incertidumbre que, en parte, tiene paralizada a la empresa.
Los abogados de Musk presentaron una apelación el viernes 15 de julio para aplazar el proceso hasta el próximo año.
Los expertos anticipan que habrá que analizar “montañas de datos” para demostrar, como afirma Musk, que la plataforma tiene muchas más cuentas automatizadas y de spam que el 5% oficial que ha presentado.
La jueza también debe considerar los plazos del paquete financiero que se negoció con los bancos y los inversores, para no arriesgar la posibilidad de una recompra.
El magnate y la junta directiva de Twitter aún pueden optar por cerrar el trato en un precio ligeramente más bajo para evitar seguir con el litigio.
“Pero eso sería un pensamiento racional”, advierte Badawi, en referencia al carácter impredecible de Elon Musk, quien según el experto actúa como un “electrón libre”.
En otro caso que también fue juzgado en Delaware, Musk “mostró su voluntad de llegar hasta el final”, recuerda el profesor.
“Y ganó. No creo que necesariamente su instinto sea el de llegar a un acuerdo”.