El informe se hizo público durante una actividad oficial, en San Pedro Carchá, Alta Verapaz.
Ana María Díaz, representante para Guatemala del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), conversó con Prensa Libre horas antes de hacer público el informe, sobre aspectos por considerar en esta evaluación, la cual cubre los años 2002 y 2019.
Díaz explica de manera profunda algunos aspectos que el informe presenta de manera amplia, como el fenómeno de las migraciones y el impacto de las remesas en el desarrollo humano, tomando en cuenta la gran cantidad de guatemaltecos que residen en EE. UU. y que el dinero que envían al país establece cifras sin precedentes.
Además, la funcionaria de Naciones Unidas destaca la falta de acceso a tecnología y cómo repercute en la educación, sobre todo cuando el covid ha obligado a la implementación de las clases virtuales, y en el caso particular de Guatemala, cuando todavía no se ha normalizado la presencialidad, en medio de un repunte de casos de coronavirus y un rezago en la vacunación a niños menores 12 años.
¿Cuál es el tema en que se centra este informe?
En este caso, el tema en profundidad que estamos abordando es el fenómeno de la celeridad del cambio que está aconteciendo en los territorios del país. Por supuesto, siempre con esa mirada que nos arroja el paradigma del desarrollo humano, que pone a las personas en el centro, como los verdaderos actores y actrices de cambio, para entender qué está pasando, cómo se ven los territorios y cuáles son estos fenómenos, que es importante tenerlos presentes porque están ayudando a reperfilar los territorios en algunas dimensiones.
¿Cuál fue la base fundamental para establecer esos indicadores?
Hemos construido, a partir del censo del 2002 y del 2018, esta fila de indicadores de desarrollo humano a nivel municipal, que permite entonces comparar qué tantos cambios se han dado en términos de los índices a lo largo de los últimos 16 años.
Y es que del 2002 al 2018 el índice de desarrollo humano a nivel municipal ha subido en todos los municipios del país; sin embargo, ha subido no de manera homogénea; unos han mejorado más que otros.
¿Se muestra un crecimiento representativo?
Creció más aceleradamente en los primeros 10 o 15 años de este siglo. Empezaron a un crecimiento mucho más ralentizado a partir del 2015.
¿Cuáles son las principales carencias que afronta Guatemala, según esa evaluación?
En muchos hogares se viven muchas carencias muy importantes, como son carencias en tecnología, en educación, en salud, en servicios sociales y diversas dimensiones. Son carencias y justamente estructurales, y entonces llega la pandemia y se encuentra justamente en el 2020 en un escenario complejo, y el informe analiza la respuesta que dio el Gobierno con distintos programas.
Tomando en cuenta que el informe detalla que Guatemala tuvo un comportamiento macroeconómico positivo, ¿cuáles son las condiciones actuales de empleo en el país?
Guatemala resalta por tener un comportamiento macroeconómico posiblemente de los mejores en la región. La recesión fue de las más bajas y la recuperación también fue muy rápida; sin embargo, el efecto cascada, es decir hacia abajo en empleo, todavía no se está viendo porque las personas han recuperado el empleo, sí, pero es un empleo más precario, porque el nivel de ingresos todavía no está donde estaba antes de la pandemia y hay más informalidad —laboral—.
Las mujeres, en particular, sufrieron enormemente la pérdida de empleo, como el tener que hacerse cargo del apoyo en el acompañamiento educativo en el hogar y de cuidados a los niños, adultos mayores y personas enfermas.
¿Cuánto se ha avanzado en urbanización en Guatemala?
Guatemala, entre el 2002 y el 2018, mirando los datos del censo, lo más llamativo ha sido el surgimiento de más ciudades intermedias. Actualmente hay 19, antes eran tres o cuatro, donde habita más población, pasando de un 3% a un 14% de población, y se encuentran justamente en municipios que son los que tienen índices de desarrollo humano municipal elevado. Y los desafíos que conllevan son en materia de espacios verdes, en materia de la pérdida de bosques, en la gestión del recurso hídrico, en desechos, por citar algunos.
La migración también se mide. ¿En qué lugar se evidenció más este fenómeno?
Son municipios donde el componente de ingresos es bajo; por tanto, hay una relación entre el querer salir del país, la capacidad económica y la motivación es la búsqueda de mejores condiciones de vida.
¿Cuáles son las localidades con mayor incidencia para migrar?
Los departamentos son Quiché, Baja Verapaz y el noroeste del país, que es donde más se ha intensificado, porque también el informe plantea que el tema de la movilidad humana y la migración no es un fenómeno nuevo, históricamente ha venido ocurriendo, pero se ha intensificado particularmente la búsqueda de mejores condiciones económicas. También se analizó que son más migrantes externos que en el 2018.
¿Y en el caso de las remesas, cuál fue el comportamiento?
Vemos que no hay una correlación entre mayores remesas y mayores índices de desarrollo humano; es decir, las remesas que tienen un valor en sí mismas importantísimo y que sin duda están ayudando a estrategias de sobrevivencia, de no caer en condición de pobreza, no están teniendo un impacto.
¿Cuáles son los porcentajes sobre el acceso a la vivienda, empleo, educación y tecnología en Guatemala?
Más del 70% de los guatemaltecos sufren al menos una carencia en alguna dimensión del desarrollo humano. Entonces, aproximadamente, un 42% de los hogares guatemaltecos tendría carencias en vivienda, un 47% en empleo, un 50% en acceso a los servicios básicos, en educación 71% y en tecnología, 76%. Esto sale del censo; es decir, en el 2018 esa era la realidad.