El fundador de Tesla y SpaceX usó su propio retrato para componer unas viñetas en las que cuenta su versión de la historia, recordando que al principio “dijeron que no podía comprar Twitter” y después de acordar la adquisición la empresa “no divulgaba información sobre ‘bots’ o cuentas falsas”, un tema que considera clave.
Con unas fotos en las que se ríe y expresa burla, el multimillonario da a entender que con esta polémica sale ganando, ya que -asegura- si quieren “forzarlo” a comprar Twitter en un tribunal, eso va a suponer que la empresa tendrá que divulgar ante la Justicia la información sobre bots que le negó a él.
Musk dijo el viernes 8 de julio al regulador bursátil que cancelaba la compra de Twitter por supuesta “brecha” de contrato, argumentando que la tecnológica le ofreció informaciones “falsas y engañosas” durante las negociaciones y que no le ha facilitado datos que considera esenciales para cerrar la transacción.
Estos se refieren principalmente al número de cuentas falsas o de spam que hay en la red social, que según Twitter suponen menos del 5% del total pero que el hombre más rico del mundo comenzó a cuestionar casi inmediatamente después de anunciar la compra de la empresa el pasado abril.
La compañía ya ha avanzado que llevará la cuestión ante el Tribunal de Cancillería de Delaware, una corte especializada en grandes disputas comerciales para forzar a que se aplique el acuerdo sellado entre las dos partes y, quizás, buscar una compensación económica.
— Elon Musk (@elonmusk) July 11, 2022
Para numerosos analistas, la cuestión de los “bots” es simplemente la excusa que Musk ha buscado para dar marcha atrás a una operación que cada vez parece más ruinosa: Twitter cotiza ya por debajo de US$35, muy lejos de los 54.20 por título que Musk pactó pagar.
Mientras tanto, también ha habido una fuerte caída de la cotización de Tesla, que ha perdido un tercio de su capitalización desde que empezó el año, lo que repercute en la fortuna del multimillonario.