Continuando con mi artículo anterior sobre algunas prioridades ambientales que no siempre son atendidas, permítanme esta vez ampliarme un poco más a lo que no es sólo ambiental, sino un poco más abierta a diferentes tópicos que nos embargan. Quizás, esta información le pueda servir a los próximos candidatos presidenciales para que lo tomen en consideración.

Tenemos que aceptar que en los últimos años nuestro retroceso es imperdonable. Si no ponemos un punto y final a la picada en la que estamos, y buscamos cómo salir del hoyo, nuestro declive será estrepitoso, sin futuro para Guatemala. Me refiero especialmente a las instituciones que se han hecho cada vez más frágiles. En educación también estamos mal. En última instancia, la corrupción ha crecido de forma exponencial, y sigue tempestuosamente llegándonos a todos los sectores.

Según datos que he tomado de la presentación personal del politólogo Miguel Castillo, “Guatemala: Condiciones Sociales y Políticas”, la educación y el analfabetismo me preocupan, pues tenemos un 21.7% de mujeres analfabetas, mientras que el 15% de los hombres lo son. Cada persona de sexo masculino solo estudia por 5.8 años y únicamente por 5.3 años en mujeres. Y lo más triste es que en el 2021 se inscribieron en básicos 76,450 estudiantes “menos” que en el 2019, según datos del Ministerio de Educación y CIEN. Es decir, vamos para abajo.

Sin ir lejos, los puntajes en Ciencias, Matemáticas y lectura entre el 3er grado y 6to grado del 2013 al 2019 bajaron estrepitosamente. ¿Qué prosperidad puede haber en estos índices? ¿Cómo podemos entonces competir cuando entre 7 y 8 guatemaltecos de cada 10 trabajan en la informalidad? ¿O cómo pueden estos chicos aplicar a un buen trabajo?

Tenemos 48% de la población en pobreza o extrema pobreza. Nos antecede Honduras con 52.6%. Después de ver el caso de los guatemaltecos indocumentados muertos en Texas, se hizo evidente que la gran mayoría eran chicos de menos de 30 años. Prefieren marcharse del país para mejorar sus oportunidades económicas, educativas, y para huir de la violencia e inseguridad. Además adolecen de buena calidad de agua, de servicios sanitarios, y limitado acceso a servicios esenciales, como fuentes de energía para cocinar, utilizando el 54.4% de leña, 43.7% de gas propano, y un 1.1% de electricidad aproximadamente. La basura es también problema, pues el 4.3% la tiran en cualquier lado, el 42.8 % la queman, el 3.5% la entierran, el 16.5% usan el servicio municipal, el 25.3% usan servicios privados, y 7.6% no se sabe. La parte ambiental debe estar presente en las mentes de los futuros candidatos pues el tema del agua y la tierra propicia la inmigración.

Según Jorge Briz Abularach, aunque tengamos una estabilidad económica envidiable con el alza del café y el azúcar, la debilidad de las instituciones políticas nos puede afectar. Deben preocuparnos los conflictos sociales que no son atendidos y que la corrupción siga campante.

A pesar de la amenaza de la inflación en Estados Unidos, Guatemala ha tenido una macroeconomía estable por varios años, con un crecimiento económico poco, pero permanente en 3.8 o hasta 4% en crecimiento. Sin embargo, esto no es suficiente para incorporar a una gran mayoría que viven aún en pobreza o extrema pobreza. No a todos les llega el bienestar pues la corrupción arrasa con todo, termina diciendo Briz. Entonces, le envío el mensaje a futuros candidatos, que se enfoquen en solucionar problemas ambientales, institucionales, educativos y sociales. Los guatemaltecos buscamos bienestar y prosperidad en un ambiente libre de corrupción.