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Trump contempla anunciar su candidatura para 2024 antes de tiempo mientras se intensifica el escrutinio del 6 de enero

Expresidente continúa viviendo entre escándalos, mientras es visto como un hombre dispuesto a todo por aferrarse al poder.

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El ex presidente Donald Trump es aclamado en un mitin en Mendon, Illinois, el sábado 25 de junio de 2022. (Foto Prensa Libre: Rachel Mummey/The New York Times)

El ex presidente Donald Trump es aclamado en un mitin en Mendon, Illinois, el sábado 25 de junio de 2022. (Foto Prensa Libre: Rachel Mummey/The New York Times)

Los republicanos se preparan para que Donald Trump anuncie su candidatura a la Casa Blanca inusualmente pronto, una estrategia diseñada en parte para proteger al expresidente de una serie de revelaciones perjudiciales derivadas de las investigaciones de sus intentos de aferrarse al poder tras perder las elecciones de 2020.

Aunque muchos republicanos verían con buenos ojos la entrada de Trump en la carrera, esto también exacerbaría las persistentes divisiones sobre si el expresidente es la mejor esperanza del partido para recuperar la Casa Blanca. El partido también está dividido respecto a si su candidatura sería una distracción innecesaria para las elecciones intermedias o incluso una amenaza directa para la democracia.

Trump lleva tiempo insinuando una tercera candidatura consecutiva a la presidencia de Estados Unidos e hizo campaña durante gran parte del año pasado. Aceleró sus planes en las últimas semanas justo cuando se intensificaron un par de investigaciones y los testimonios del Congreso revelaron nuevos detalles sobre la indiferencia de Trump ante la amenaza de violencia del 6 de enero de 2021 y su negativa a actuar para detener una insurrección.

Trump también observó que algunos de sus candidatos predilectos perdieron en las recientes elecciones primarias, lo que ha avivado la esperanza de sus potenciales competidores republicanos de que el electorado pueda estar alejándose de un político del que durante mucho tiempo se pensó que tenía un control férreo sobre el partido.

Los acontecimientos recientes, en lugar de ser una lección de humildad para Trump, lo han envalentonado para tratar de reafirmarse como jefe del partido, eclipsar los titulares perjudiciales y robar la atención que se le pudiera dar a sus rivales potenciales, incluido el gobernador de Florida, Ron DeSantis, un creciente favorito de los donadores y los votantes. Los republicanos cercanos a Trump han dicho que él cree que el anuncio formal reforzaría sus declaraciones de que las investigaciones tienen una motivación política.

Trump entraría en la carrera como claro favorito, con un índice de aprobación entre los republicanos cercano al 80 por ciento, pero hay señales de que una cifra cada vez mayor de los electores del partido está explorando otras opciones.

“No creo que nadie sea inevitable”, dijo Haley Barbour, quien fue presidente del Comité Nacional Republicano y también fue gobernador de Misisipi durante ocho años.

Aún no se sabe cuándo hará Trump el anuncio formal, pero hace poco sorprendió a algunos asesores al decir que podría declarar su candidatura en las redes sociales sin avisar ni siquiera a su propio equipo, y sus ayudantes se están apresurando a construir la infraestructura básica de la campaña a tiempo para un anuncio que podría darse incluso este mes.

Ese momento sería extraordinario —por lo general, los candidatos presidenciales suelen anunciar sus candidaturas un año antes de las elecciones— y podría tener implicaciones inmediatas para los republicanos que buscan tomar el control del Congreso en noviembre. La presencia de Trump como candidato activo facilitaría que los demócratas convirtieran las contiendas de las elecciones intermedias en un referendo sobre el expresidente, que desde que perdió en 2020 no ha dejado de difundir mentiras sobre la legitimidad de las elecciones. Algunos republicanos temen que eso distraiga de las cuestiones económicas que han dado a su partido una fuerte ventaja en las contiendas por el Congreso.

“Los republicanos tienen muchas ganas de ganar en 2022, y muchos de ellos están cayendo en la cuenta de que retomar las elecciones de 2020 con las diatribas conspirativas diarias de Trump los haría perder con toda seguridad”, afirmó Dick Wadhams, un estratega republicano y expresidente del Partido Republicano de Colorado.

El equipo de Trump ni siquiera tiene una opinión unánime sobre si debería postularse de nuevo. Los que se oponen a su tercera candidatura a la Casa Blanca han expresado preocupaciones que van desde dudas sobre la fuerza política que le queda a Trump hasta preguntas sobre si puede articular una razón clara para presentarse y evitar que se repita lo sucedido en 2020.

Otros exhortan a Trump a tomarse su tiempo. Donald Trump Jr., su hijo mayor, ahora tiene un lugar más preponderante en el círculo interno de sus asesores políticos y les ha dicho a otras personas que quiere que su padre instale un equipo de campaña más amplio a su alrededor en preparación para la contienda.

El debate sobre el momento adecuado llega justo cuando las investigaciones sobre el comportamiento de Trump y sus allegados están cobrando impulso. El Departamento de Justicia investiga los esfuerzos por mantener a Trump en el cargo tras su derrota. Los fiscales del condado de Fulton, en Georgia, han convocado un gran jurado como parte de una investigación sobre si el expresidente y su equipo trataron de influir en el recuento de votos allí. Estas investigaciones son independientes de la comisión de la Cámara de Representantes que analiza su conducta en los momentos previos a los disturbios en el Capitolio el 6 de enero.

Ronna McDaniel, presidenta del Comité Nacional Republicano, instó a Trump a esperar hasta después de las elecciones intermedias, ya que le preocupa que las noticias sobre su campaña puedan descarrilar el mensaje del partido para esas elecciones. Un funcionario del Comité advirtió que cuando Trump dé a conocer su campaña, el partido dejaría de pagarle las costas legales relacionadas con una investigación de la fiscal general de Nueva York. A pesar de ello, McDaniel ya se resignó a la idea de que Trump hará el anuncio antes de las elecciones, según personas familiarizadas con las conversaciones.

Pero incluso a los ayudantes de Trump que apoyan que vuelva a hacer campaña les preocupa que el trayecto del expresidente hacia una tercera nominación se haya tornado más difícil de lo que él está dispuesto a reconocer.

Algunas personas cercanas a Trump están cada vez más inquietas por las posibles consecuencias legales y políticas de las audiencias en el Congreso sobre los disturbios en el Capitolio. Cassidy Hutchinson, quien fue asistente de la Casa Blanca, declaró esta semana que Trump sabía que algunos de sus partidarios llevaban armas ese día y que, aun así, animó a su equipo a dejar que pasaran los controles de seguridad. La representante republicana de Wyoming Liz Cheney, que forma parte del comité, dijo que el panel tenía pruebas de manipulación de testigos.

Trump dio señales de su preocupación por las posibles consecuencias políticas del testimonio y reaccionó en tiempo real a la audiencia publicando una docena de mensajes en su sitio web Truth Social en los que atacaba a Hutchinson y negaba su testimonio más explosivo.

Pocos funcionarios republicanos se han pronunciado sobre las audiencias y la mayoría no ha dicho nada sobre la investigación del Congreso o la ha desestimado como una farsa partidista. Sin embargo, ha habido indicios de que los republicanos reconocen su potencial.

“Hutchinson sería la integrante estrella de un club de mujeres republicanas: una conservadora comprometida, sin motivos para decir nada más que la verdad”, aseguró el senador republicano de Luisiana Bill Cassidy, quien votó a favor de la destitución de Trump en su segundo juicio político y desde entonces ha sido atacado por el exmandatario. Fue uno de los pocos legisladores que habló de manera oficial. “Esto le da poder a un testimonio que les permite a los estadounidenses juzgar por sí mismos”.

En entrevistas con más de una veintena de electores republicanos, activistas del partido y funcionarios electos, pocos dijeron que las audiencias del 6 de enero influían en su interés por otros candidatos. Sin embargo, varios señalaron que buscaban un nominado que fuera menos divisivo.

“Habrá varios republicanos de los que muchos otros republicanos opinan que no solo pueden unir al partido, sino que pueden gobernar con políticas conservadoras fuertes”, afirmó Jason Shepherd, exasistente de Newt Gingrich que es miembro del comité estatal del Partido Republicano en Georgia. Añadió que si Trump logra la candidatura, los republicanos no dudarán en respaldarlo en la elección general.

La semana pasada, una encuesta realizada entre los republicanos de Nuevo Hampshire, un estado donde se celebran elecciones primarias presidenciales tempranas, mostró un empate estadístico entre Trump y DeSantis.

El exsecretario de Estado Mike Pompeo, que el año pasado dijo a Trump que no competiría contra él por la candidatura presidencial republicana, sigue sentando las bases para su candidatura en 2024.

Pompeo ha dicho a otras personas que puede vencer a Trump en los caucus de Iowa, según personas familiarizadas con las conversaciones.