Esta actividad económica tuvo una leve caída de -0.2% en el 2020; en el 2021 cerró en 3.5%; para el 2022 se prevé un cierre de 3%, y para el próximo año se espera un 2.6%, según el análisis de la firma Central American Business Intelligence (Ca-Bi) presentado a la Cámara del Agro (Camagro).
Ricardo Rodríguez, investigador del Ca-Bi mencionó que el impulso a las exportaciones y el consumo interno mantienen un buen desempeño del sector agrícola, pues durante el primer año de la pandemia, este fue uno de los pocos sectores que no se detuvo y se muestra estable y robusto.
Al cierre del 2021, la economía nacional reportó un crecimiento promedio de 8%, uno de los más fuertes de la historia reciente del país. Sin embargo, en el último trimestre de ese año fue de 4.75%, comenzando a reflejar una importante desaceleración. Aun así, el impulso persiste, gracias a los cultivos de cereales, banano y caña de azúcar con crecimientos de entre 6% y 8%.
Las exportaciones del sector han aumentado y mantendrán esa tendencia: la venta al exterior de café (a abril pasado) un crecimiento de 54% interanual llegando a US$459.91 millones; ese cultivo fue uno de los que presentó un desempeño económico negativo hasta el tercer trimestre del 2021, pero ahora la tendencia es positiva.
Las exportaciones de azúcar crecieron 31.8%, situándose en US$385.04 millones, seguidas de la industria alimenticia con 21%; y frutas, 17%. El cardamomo muestra una drástica baja de 51%, a US$206.8 millones, pero no por el volumen, sino por el precio.
Otra variable analizada fue la inflación. En mayo del presente año, se marcó un fuerte incremento en el país, pasando de un ritmo inflacionario cercano a 3% al 5.8% (por arriba de la meta de la banca central), con productos como los aceites, maíz y harina, registrando un incremento en sus precios del 20% respecto a mayo de 2021, explicó el expositor.
Observando la coyuntura internacional actual, se prevé que los precios de las materias primas permanezcan altos durante la mayor parte del año, como consecuencia de la crisis de Rusia-Ucrania, que ha impactado en los costos de la energía, petróleo y granos.
Por ejemplo, el precio del maíz pasó de US$300 por tonelada en el 2021 a US$750 a junio del 2022, aunque se espera una estabilización y tendencia a la baja. El trigo pasó de US$530 la tonelada a alrededor de US$1 mil este año, lo que podría subir, derivado de que India suspendió las exportaciones con el fin de atender a su mercado local.
Por último, Rodríguez considera que los altos costos para producir podrían afectar la seguridad alimentaria porque agricultores pequeños podrían dejar de producir al no poder cubrir esos costos.