Luego del brutal ataque, el cual fue realizado con 500 disparos, surgió la teoría de que el asesinato del primogénito de “El Chapo” fue ordenado por los Beltrán Leyva, facción criminal que le declaró la guerra al jefe del Cártel de Sinaloa y a Ismael “El Mayo” Zambada.
Sin embargo, una investigación por parte del periodista Miguel Ángel Vega reveló que el ataque contra Edgar Guzmán López fue un error de una célula del Cártel de Sinaloa, quienes acribillaron al hijo de su jefe debido a una confusión causada por la guerra entre esta organización criminal y los Beltrán Leyva.
De acuerdo con la confesión de uno de los integrantes del brazo armado que mató al hijo de “El Chapo”, quien se identificó como Jesús, los operadores del Cártel de Sinaloa se confundieron en el contexto de esta disputa y dispararon en 500 ocasiones contra el hijo del capo del narcotráfico.
Ese fatídico día, Edgar Guzmán López se encontraba en el estacionamiento de un centro comercial de Culiacán en compañía de César Ariel Loera y Arturo Meza Cázeres, hijo de “La Emperatriz”.
Mientras los tres sujetos conversaban, un comando armado de 20 hombres descendieron de cinco camionetas y abrieron fuego ante quienes ellos creían que eran sus enemigos y los asesinaron con una ráfaga de disparos.
Al enterarse de esta confusión, Jesús intentó llamar a sus compañeros; sin embargo, no pudo comunicarse con ellos y uno de los cabecillas del Cártel de Sinaloa le reveló que todos los involucrados en este ataque sufrirían el mismo destino que el hijo de “El Chapo”.
Según el sicario, todas las personas que participaron en aquel ataque armado fueron asesinados por órdenes de Joaquín Guzmán Loera.
A raíz de esta mortal equivocación, y el trauma que dejó en él, Jesús decidió encerrarse durante varios días y con tan solo 22 años abrió un puesto de tacos y decidió ganarse la vida de manera legal.