Parece un sueño hecho realidad, para el empresario Emilio Méndez, el lograr que 200 ciclistas le den la vuelta al lago de Amatitlán este fin de semana, y luego se junten con otras 75 personas de distintos sectores para un taller de Inteligencia Colectiva. Pero no tenemos que ser ciclistas profesionales para participar, solo contar con nuestro casco, cicle y la actitud de amor a Guatemala.

Méndez pretende que a través de los propios ciudadanos logremos que se llegue a descontaminar el lago de Amatitlán o incluso Atitlán y limpiar de basura el país en una visión a corto y largo plazo. La idea es que los propios guatemaltecos de a pie, empecemos a construir un mejor país cuidando nuestros recursos naturales.

El proyecto de Biciruta 502 me parece muy vanguardista como todo lo que promueve Emilio Méndez. En los países nórdicos europeos la bicicleta ya se ha convertido en un vehículo de primera necesidad, y las bicirutas se han vuelto imprescindibles. Si en verdad se logra que Biciruta 502 conecte Guatemala para conocerla pedaleando, nos colocaremos como un país con las mejores formas de conectividad en el mundo, y tendremos un crecimiento económico en las principales rutas del país. Los pueblos del interior lo agradecerán ya que por mucho tiempo han deseado no ser invisibles, sino reconocidos.

El proyecto empezó en el 2021 y quizás se haya originado de la pandemia cuando después de habernos quedado encerrados por tanto tiempo, ahora lo que buscamos es salir al aire libre, hacer ejercicio y disfrutar del sol. Pero lo mejor de todo es que Guatemala esté conectada en caminos seguros y que al pedalear en bicicleta se logre promover que nuestros pueblos se vean beneficiados a través del turismo comunitario.

Sin embargo, el reto es grande pues los caminos deben ser seguros, y la seguridad personal de los ciclistas bien cimentada. Para ello, se debe educar a las personas que viven en las rutas principales del país para que exista un profundo respeto hacia estos ciclistas que están poniendo su corazón en querer ser parte de esta innovación. De hecho, si las personas de comunidades y pueblos adoptan bien el proyecto, velarán porque los ciclistas transiten sin tropiezos, y les garantizarán su propia seguridad.

Habiendo empezado el proyecto el año pasado, se espera que para el año 2030 ya esté funcionando una infraestructura ad hoc en cuanto a conectividad en todo el país. Si es viable el sueño de Emilio Méndez veremos despegar un gran proyecto que generará crecimiento económico y mejorará el desarrollo ambiental y cultural derivado del turismo comunitario.

Usualmente los ciclistas son en su mayoría gente joven, pero no descartemos que personas de la tercera edad, con buena condición física se unan al proyecto. Se espera un cambio radical en nuestra forma de movernos en menos de 10 años. Pero lo más preciado de este proyecto, es la oportunidad de conocer la forma de vivir de nuestros connacionales, su idiosincrasia, comidas, aromas, costumbres y festividades.

La primera fase ya empezó. Este año, en Antigua Guatemala, se conectarán los puntos principales en un circuito de 21 kilómetros para beneficio de locales y turistas.

Con buenos caminos para circular en bicicleta, quizás se esmeren los gobiernos a que a corto plazo contemos también con buenas carreteras para los vehículos. Tal vez los ciclistas le abran la brecha a los automovilistas o motociclistas para que todos tengamos la oportunidad de conocer el interior del país. Felicitamos a Emilio Méndez y a Nueva Narrativa por su visión también de promover la Gran Jornada Nacional para limpiar Guatemala, de la que les escribiré en mi próxima columna.