Un virus que no muestra signos de desaparecer, variantes especializadas en esquivar las defensas del cuerpo y oleadas de contagios dos o hasta tres veces al año: ese puede ser el futuro del covid-19, según temen algunos científicos.
El problema central es que el coronavirus se ha vuelto más hábil para reinfectar a las personas. Los que se contagiaron con la primera variante de ómicron ya están reportando segundas infecciones con las versiones más nuevas de la variante: BA.2 o BA2.12.1 en Estados Unidos, o BA.4 y BA.5 en Sudáfrica.
Esas personas pueden sufrir una tercera o cuarta infección, incluso durante el transcurso de este año, afirmaron los investigadores en entrevistas. Y una pequeña fracción puede tener síntomas que persistirán durante meses o años, una condición conocida como covid persistente.
“Me parece probable que ese será un patrón a largo plazo”, dijo Juliet Pulliam, epidemióloga de la Universidad de Stellenbosch en Sudáfrica.
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“El virus va a seguir evolucionando”, agregó. “Y probablemente habrá muchas personas que contraigan muchas, muchas reinfecciones a lo largo de sus vidas”.
Es difícil cuantificar la frecuencia con la que las personas se vuelven a contagiar, en parte porque muchas infecciones no se reportan. Pulliam y sus colegas han recopilado suficientes datos en Sudáfrica para decir que la tasa es más alta con ómicron en comparación con las variantes previas.
No es así como se suponía que debía ser. Al inicio de la pandemia, los expertos pensaron que la inmunidad de la vacunación o un contagio previo evitaría la mayoría de las reinfecciones.
La variante ómicron destrozó esas esperanzas. A diferencia de las variantes previas, ómicron y sus diversas versiones parecen haber evolucionado para esquivar parcialmente la inmunidad. Eso deja a todos, incluso a quienes han sido vacunados varias veces, vulnerables a múltiples infecciones.
“Si lo seguimos manejando con los métodos actuales, la mayoría de las personas se contagiarán al menos un par de veces al año”, dijo Kristian Andersen, virólogo del Instituto de Investigación Scripps en San Diego. “Me sorprendería mucho que no evolucione de esa manera”.
Las nuevas variantes no han alterado la utilidad fundamental de las vacunas contra el covid. La mayoría de las personas que han recibido tres o incluso dos dosis no se enfermarán lo suficiente como para necesitar atención médica si dan positivo por el coronavirus. Y una dosis de refuerzo, así como un contagio previo del virus, parece disminuir la posibilidad de reinfección, pero no mucho.
Al comienzo de la pandemia, muchos expertos basaron sus expectativas sobre el coronavirus en la influenza, el enemigo viral más familiar para ellos. Predijeron que, al igual que con la gripe, podría haber un gran brote cada año, muy probablemente en el otoño. Para minimizar la propagación habría que vacunar a las personas antes de esa estación.
Sin embargo, el coronavirus se está comportando más como sus cuatro primos estrechamente relacionados que circulan y causan resfriados durante todo el año. Mientras estudiamos los coronavirus del resfriado común, “vimos personas con múltiples infecciones en el transcurso de un año”, dijo Jeffrey Shaman, epidemiólogo de la Universidad de Columbia en Nueva York.
Si la reinfección se convierte en la norma, el coronavirus “no va a ser un fenómeno que solo sucede una vez al año durante el invierno”, dijo, “y no va a ser una molestia leve en términos de la cantidad de morbilidad y mortalidad que ocasiona”.
Aunque se produjeron reinfecciones con las variantes anteriores, incluida la delta, fueron poco frecuentes. Pero en septiembre, el ritmo de las reinfecciones en Sudáfrica pareció acelerarse y fue notablemente alto en noviembre, cuando se identificó la variante ómicron, dijo Pulliam.
Las reinfecciones en Sudáfrica, como en Estados Unidos, pueden parecer aún más notorias porque muchas personas ya han sido vacunadas o se han contagiado al menos una vez.
“La percepción magnífica lo que realmente está sucediendo biológicamente”, dijo Pulliam. “Lo que sucede es que hay más personas elegibles para la reinfección”.
La variante ómicron era lo suficientemente distinta a delta, y delta también se diferenciaba de las versiones previas del virus, por lo que se esperaban algunas reinfecciones. Pero ahora, ómicron parece estar desarrollando nuevas formas que penetran las defensas inmunitarias con relativamente pocos cambios en su código genético.
“Para mí esto es una pequeña sorpresa”, dijo Alex Sigal, virólogo del Instituto de Investigación de Salud de África. “Pensaba que necesitaríamos una variante completamente nueva para escapar de esta. Pero, de hecho, parece que no es así”.
Una infección con ómicron produce una respuesta inmunitaria más débil, que parece disminuir rápidamente, en comparación con los contagios de variantes anteriores. Aunque las versiones más nuevas de la variante están estrechamente relacionadas, desde una perspectiva inmunitaria, varían lo suficiente como para que la infección con una no provea mucha protección contra las otras, y ciertamente no después de tres o cuatro meses.
A pesar de eso, la buena noticia es que la mayoría de las personas que se reinfectan con nuevas versiones de ómicron no se enfermarán de manera grave. Al menos por el momento, el virus no ha encontrado una manera de eludir por completo el sistema inmunitario.
“Eso es probablemente lo mejor que tenemos por ahora”, dijo Sigal. “El gran peligro podría surgir cuando la variante sea completamente diferente”.
Cada contagio puede traer la posibilidad de covid persistente, la constelación de síntomas que pueden persistir durante meses o años. Es demasiado pronto como para saber con qué frecuencia un contagio por ómicron conduce a un caso de covid persistente, especialmente entre las personas vacunadas.
Según otros expertos, para poder mantenerse al día con la evolución del virus las vacunas contra el covid deben actualizarse más rápidamente, en periodos más cortos que los de las vacunas anuales contra la gripe. Incluso una coincidencia imperfecta con una nueva forma de coronavirus ampliará la inmunidad y ofrecerá cierta protección, dijeron los especialistas.
“Cada vez que pensamos que hemos superado esto, cada vez que creemos que tenemos una ventaja, el virus nos engaña”, dijo Andersen. “La forma de controlarlo no es decir: ‘Vamos a infectarnos unas cuantas veces al año y luego esperaremos que suceda lo mejor’”.
Apoorva Mandavilli es reportera del Times y se enfoca en ciencia y salud global. En 2019 ganó el premio Victor Cohn a la Excelencia en Reportaje sobre Ciencias Médicas. @apoorva_nyc