Un contingente arancelario es un volumen definido de importación de productos agropecuarios que gozan de un trato tributario especial, que puede ser un arancel de 0% para las importaciones realizadas dentro de ese volumen o un arancel más bajo que el fijado como máximo para los productos que están fuera de ese régimen.
Esta situación deriva del temor de un posible desabastecimiento de diversos insumos a consecuencia de la situación internacional (el conflicto Rusia-Ucrania, el cierre del puerto de Shangái, la falta de contenedores, etc.) y los altos precios en el mercado de materias primas.
Por lo tanto, de los contingentes arancelarios aprobados, los cupos de maíz blanco y arroz granza -que trae la cáscara-, llevan un uso del 66% y 56% de lo permitido por el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Centroamérica y Estados Unidos.
El contingente por desabasto de maíz blanco lleva ya una utilización del 72%, de un máximo de 66 mil 800 toneladas métrica ™. De ese total 26 mil 800 corresponden al TLC, y 40 mil tm a un posible desabasto. Para el arroz granza, el total es de 96 mil 200 tm, y se han adjudicado 56 mil tm.
La importancia de estos productos es que forman parte de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) o sea de la dieta diaria en los hogares guatemaltecos.
Primeras advertencias
El comportamiento de los precios a futuro de maíz en la bolsa de Chicago, durante la semana del 21 al 27 de abril último, fue mixto con tendencia alcista. “El mercado de futuros del maíz afronta un alza de precios por la guerra en Ucrania y el encarecimiento de insumos, lo que se está trasladando al consumidor final, quien ha experimentado un aumento en los costos de los productos para su consumo”, detalla el reporte de la Dirección de Planeación (Diplán) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga).
Por ejemplo, el 21 de abril el cierre fue de US$240 la tonelada de maíz, pero el 27 ya costaba US$316 para despacho en mayo 2022. Por lo tanto, los expertos ya advierten que la situación podría prolongarse e incluso, agudizarse, por diversos factores. Por ejemplo, se espera que la producción de maíz registre una caída superior al 20% por la falta de fertilizantes este año.
En ese sentido, productos como la urea -fertilizante que posee una alta concentración de nitrógeno- y amoníaco, que son determinantes para la producción agrícola, han mostrado alzas que van de 100% a 180%, lo que va a impactar en los precios de los granos y en la producción agrícola. Rusia en el principal abastecedor de estos insumos que por el conflicto han caído en desabasto, subraya el informe de Diplán.
Por el momento, no se han observado problemas para el abastecimiento de maíz blanco de primera, que en la última semana de abril se cotizó en Q205 en el mercado mayorista, y no presentó variación respecto a la semana previa porque el mercado se surte con grano procedente del norte y oriente del país, aunque también se pudo observar grano de origen mexicano. No obstante, se prevé que en dos o tres meses, la situación va a cambiar drásticamente.
Como se lee en el mercado
Los participantes en la cadena productiva perciben un riesgo de escasez e incremento de precios, por lo que, con los contingentes, se trata de evitar que el precio suba en el mercado local, ya que constituyen una forma controlada de abrir el mercado con las importaciones posibles.
Para Enrique Lacs Palomo, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas (CGAB), las personas y empresas que importan el producto lo comprarán en los lugares donde se encuentre más barato y esa es la intención: ser previsores.
Respecto al maíz, aclaró que el precio del transporte en buques graneleros se ha encarecido en el último año y lo mismo sucede con el arroz que se ha importado de Sudamérica, particularmente de Argentina, Uruguay y Brasil. En el caso de los contingentes abiertos vía TLC con EE. UU., los precios están un poco más altos, y la diferencia de US$30 más por tonelada- lo que puede hacer una gran diferencia.
Paulo de León, director de la firma consultora Central American Business Intelligence (Ca-Bi), aseguró recientemente que se ha detectado un incremento sustancial del precio de la tonelada de maíz amarillo, insumo que se utiliza para fabricar concentrados para animales entre otros productos, lo que tendrá un impacto en el costo de la CBA.
De igual forma, el Consejo Económico y Social (CES), señaló en un comunicado publicado en marzo, que Guatemala debe estar preparada ante situaciones internacionales y remarcó como una de sus preocupaciones, menos oferta y más demanda de granos como maíz y trigo que, de concretarse, podría generar efectos negativos para el país.
Parte de las recomendaciones es que se garantice la disponibilidad de granos básicos para evitar la escasez y tomar las medidas necesarias para disminuir el impacto que eso pueda tener en los precios, por lo que reiteraron que las autoridades deben implementar instrumentos de política comercial como la apertura de más contingentes de importación o la disminución de aranceles, descartando el control de precios.
Lacs Palomo añadió que una de las situaciones actuales es que la estadía en puerto de un buque granelero costaba US$10 mil en promedio, pero ahora se elevó hasta U$30 mil, lo que contribuye al encarecimiento de las mercancías que se descargan de él.
Por lo tanto, los importadores que puedan hacerlo continuarán aprovechando los contingentes autorizados hasta agotarlos, con la esperanza de que los cupos autorizados sean suficientes para satisfacer la demanda doméstica, industrial y comercial.