El 3 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Este Día fue proclamado en 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas a recomendación de la Conferencia General de la UNESCO. Se logró así dar visibilidad a la importancia que tiene la libertad de prensa y de expresión como derecho humano y como bien común de las sociedades libres. Se reconoce asimismo su papel como medio de control de las gestiones gubernamentales. De ahí que hayamos denominado a la prensa como “el cuarto poder”.

Las libertades de expresión y de prensa se encuentran actualmente amenazadas, en grado diferente, en un buen número de países del mundo. Y como bien común que es, a todos nos corresponde defenderla.

Antes que nada, debemos velar por la integridad y la seguridad física de nuestros informadores. Según datos de la UNESCO, sólo en 2021 fueron asesinados 55 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación en todo el mundo. De ellos, 14 en América Latina y el Caribe; la región con más muertes violentas de periodistas sólo por detrás de Asia y Oceanía donde se reportaron 23 asesinatos. Aunque es la cifra más baja en una década, sigue siendo preocupante el nivel de impunidad existente; ya que el 87% de los asesinatos de los periodistas cometidos en los últimos 15 años siguen todavía sin resolverse.

Un segundo gran desafío para nuestros países es preservar la libertad de expresión en el contexto de un estado democrático y de derecho. Es preciso huir del relato único que persiguen los regímenes autoritarios y afianzar el pluralismo informativo y de opinión propio de nuestros estados democráticos y plurales. Un objetivo que sólo puede lograrse a través de la independencia económica de los medios de comunicación y su sostenibilidad.

La libertad de prensa tiene, además, el reto de afianzarse en la difusión de la verdad a partir de la moderación de sus contenidos. La propaganda y la desinformación, las Fake News, han proliferado con el aumento de la influencia de las redes sociales en unos entornos en los cuales no estamos preparados para combatirlos. Ese aumento ha sido exponencial con ocasión de la pandemia del COVID donde se calcula que cerca de la mitad de estas Fake News estuvieron relacionadas con ese tema en el primer año de pandemia.

El otro gran reto que afrontan los periodistas de nuestro tiempo es la tarea mayéutica, educativa. La prensa dedica cada vez mayor atención a temas que tradicionalmente no han estado tan presentes en los medios. Así, actualmente es prioritario dedicar especial atención a los temas de transparencia en relación con las medidas urgentes tomadas para combatir el COVID-19. Urgencia nunca debe ser sinónimo de ocultamiento. También es necesario que haya una información veraz y constante sobre los riesgos que supone para nuestras sociedades los desafíos del cambio climático y la necesidad de preservar el medio ambiente. Considero finalmente relevante que la prensa promueva la inclusión y cohesión de nuestras sociedades, denunciando la discriminación, xenofobia o racismo donde lo haya; y empoderando el papel de las mujeres en nuestras sociedades para disminuir las brechas sociales existentes.

Hoy 3 de mayo resulta por lo tanto necesario agradecer a los medios de comunicación en general y a los medios guatemaltecos en particular, su labor sufrida y constante por mejorar la calidad democrática de nuestras sociedades. Ellos constituyen un indicador decisivo de la transparencia de los países en los que vivimos.

*Embajador de España en Guatemala