REGISTRO AKÁSICO
Autores en feria de las vanidades
En América Latina, plagiar tiene el significado del mundo romano. El plagium era robar esclavos o vender a una persona libre. En el Código Penal vigente en nuestro país es sinónimo de secuestro. Pero la influencia del mundo académico norteamericano es muy fuerte; de esa cuenta, se ha colado el concepto de plagiarism, definido como apropiarse o hacer pasar las ideas o palabras de otro como propias. En la academia, consiste en usar la producción de un autor sin crédito a la fuente.
El plagio, con ese nuevo significado, puede ser grosero o una falla técnica. Es grosero cuando se copian páginas enteras o se cambia el nombre del autor a un artículo para presentarlo como de autoría personal. Dado lo fácil de realizarse con los métodos de cómputo, se le nombra con las palabras copy paste.
Las fallas técnicas pueden producirse por una pérdida en el proceso de redacción, la cita de un párrafo o por criterios diferentes por parte de quien califica. No hay regulación penal, pues solo existe la ley de propiedad intelectual. Así, es un área pantanosa. Muchas veces los juicios dependen de la sensibilidad o la enemistad, ya que se trata de una materia esencialmente moral, en especial, ligada al mérito intelectual.
' La fácil condena y agrandar los chismes no debieran sostenerse por autoridades académicas serias.
Antonio Mosquera Aguilar
En 2011 se acusó al ministro alemán Karl-Theodor zu Guttenberg y en 2013 a Annette Schavan de tal acción en sus respectivas tesis. El primero, de origen noble, renunció a su título académico para atajar el asunto, pero también lo hizo al cargo de ministro de la Defensa. Su gestión se había caracterizado por denunciar la belicosidad de Putin. Obviamente, los partidarios de hacer negocios con Rusia lo odiaban y convencieron a la prensa de lanzarse a fondo contra el funcionario. Nadie se acuerda ahora de esas advertencias. La segunda, como portavoz de gobierno, había utilizado sus nexos en medios de información para agrandar el caso Guttenberg. Aparentemente le cobraron su activismo, renunció a su cargo, a pesar de su cercanía con Angela Merkel.
Estos casos son el resultado de fallas en citas y entrecomillados. En general suceden cuando se utilizan equipos de redacción. Aunque el autor es el responsable de la dirección de los trabajos, los ayudantes suelen cometer errores, a propósito o de manera inconsciente, pues tienen una baja motivación, al no reconocérseles ningún aporte intelectual en la realización de la obra o la tesis.
La película The Ghost Writer, basada en la novela de Robert Harris, The Ghost, trata sobre este tema. En la televisión mexicana se le puso como título El escritor fantasma, y en la argentina, El escritor oculto. Más sobrios, los españoles la titularon, simplemente, El escritor. Presenta a un redactor ocupado en las memorias de un primer ministro británico, enredado en la guerra de Irak. Viene a cuento, al resaltar la incidencia de los colaboradores para modificar o ir más allá del autor conocido, responsable del contenido y de los errores.
En Alemania se intentó organizar equipos académicos para buscar una decisión, pero resultó en un fracaso, dada la manipulación de sus dictámenes. Dependiendo del signo ideológico, el señalamiento de errores se presentaba como condena, mientras los defensores argumentan la falta de mala intención. La comisión de expertos se circunscribió a la Universidad de Bayreuth, en el caso del Barón de Gutenberg.
Otras universidades, autoridades y maestros no intervinieron en el debate. Tienen suficiente lealtad para no entrometerse en los asuntos académicos, pues reconocen carecer de la información completa y rechazan dejarse llevar por chismes interesados.