A partir de 2020, los estudios, reuniones y trabajo se trasladaron a lo digital y remoto. En un país como México, este panorama dejó entrever rezagos y brechas importantes.
Por ejemplo, en un país donde el acceso a Internet se limita al 72% de la población, la OCDE ha identificado que 63 millones de mexicanos, de entre 15 y 65 años, no cuentan con los conocimientos necesarios para desarrollarse en un entorno digital.
Sumado a esto, México ha registrado el mayor estrés laboral en Latinoamérica, relacionado con aspectos como la depresión, ansiedad y la falta de comunicación efectiva, de acuerdo con un estudio de la Asociación de Internet Mx y OCC Mundial.
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El mercado laboral hoy es un campo de retos y desafíos. En la nueva normalidad, el mercado laboral no solo es más competitivo, sino que se han sumado habilidades que demandan las industrias, las cuales son totalmente distintas a las que se requerían hace 5 o 10 años.
Inteligencia emocional sobre la técnica
“Las habilidades blandas –aquellas que tienen que ver con la colaboración, el trabajo en equipo o la comunicación–, son las más apreciadas en este siglo, incluso más que aquellas que se relacionan con los conocimientos técnicos”, dice Vivian Lan Agami, directora de Singularity U México Summit y experta en innovación y emprendimiento.
La representante en el país de la revolucionaria institución académica que surgió en Sillicon Valley, destaca que, aunque el dominio de herramientas específicas para diseñar, programar o planear son necesarias para un puesto de trabajo, estas se pueden adquirir bajo tutela.
En contraparte, las habilidades sociales y la inteligencia emocional se desarrollan en personalidades más definidas y capaces de atender el nuevo panorama de trabajo.
Conocimiento tecnológico
“Las empresas requieren de cierta habilidad tecnológica en sus diferentes niveles: tal vez un alto ejecutivo no necesita saber programar, pero debe contar con habilidades mínimas para interactuar con un programador, saber cuáles son sus alcances y entender los proyectos que éste genera”, refiere Lan Agami.
Debido al incremento de teletrabajo o sistema híbrido laboral, las industrias requieren personal administrativo, técnico y gerencial que tenga el conocimiento básico o sea consciente de la importancia de las tecnologías.
Al respecto, el artículo del BID señala esto como un factor clave para eliminar la brecha de analfabetismo digital en países en desarrollo, además de que, en un futuro, cada vez más industrias adoptarán tecnologías a sus esquemas de trabajo.
“Cualquier persona que no conoce las tecnologías emergentes está desaprovechando una gran oportunidad de adaptación y crecimiento; si eres un alto ejecutivo sin esa actualización, no estás haciendo tu trabajo, porque te van a rebasar por la derecha en cualquier minuto sin que te des cuenta”, añade la experta.
Interpretar datos y proponer soluciones
De acuerdo con la experta en innovación y emprendimiento, las empresas del futuro necesitan personal capaz de recolectar e interpretar datos para proponer soluciones.
“¿Por qué? Porque lo que no es conocible y lo que no es medible, no es mejorable. Si tú no tienes la información para tomar mejores decisiones, no tiene una forma de crecer”.
Pese a que esto pueda parecer una habilidad técnica, el poder recolectar información y usarla en un contexto laboral es una práctica que se desarrolla desde antes.
Creatividad para innovar
Debido a los constantes cambios en el entorno, el talento más buscado está relacionado con la innovación, lo cual se logra por medio de la creatividad para solucionar problemas de manera original en conjunto con las herramientas del futuro.
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“Se necesita ser curiosos y creativos para explorar lo inexplorado, así como desarrollar la capacidad de colaborar con gente que tiene habilidades distintas”, apunta la especialista.
Hoy en día, la creatividad tiene una conexión especial con las tecnologías y cómo éstas son usadas en un entorno laboral. Por ejemplo, en vez de usar una herramienta que sustituya la mano de obra, usarla para refinar un producto o servicio.
“Para que conjunto con mis máquinas, pueda resolver problemáticas más complejas, situaciones mucho más avanzadas y entonces llegar más lejos de donde estamos hoy en día”.
“La mayor innovación no está en una tecnología sino en la convergencia de muchas de ellas, y cuando conjuntamos esta convergencia con las características humanas detonan nuevas sinergias y las industrias tienen un potencial que antes no se imaginaban”, concluye la Lan Agami.
* Texto por: David Salcedo Hernández / Business Class