Se atribuye a Pablo Picasso la frase “Buenos artistas copian, grandes artistas roban”. La página web Quote Investigator señala no poder determinar con certeza que el artista catalán la haya proferido, pero ofrece varios aforismos similares. A T.S. Elliot le atribuye “Poetas inmaduros imitan, poetas maduros roban; el buen poeta funde su robo en un todo de sentimiento que es único, absolutamente diferente de aquello de lo que fue arrancado”. Del compositor Igor Stravinsky ofrece: “Artistas menores toman prestado, grandes artistas roban”, y cita un artículo titulado “El secreto de la creatividad es saber cómo esconder tus fuentes”. Indiscutiblemente, la ciencia y el arte descansan sobre lo que precede; los grandes saltos creativos provienen de reconfigurar lo conocido y darle impulso de manera innovadora.

Viene al caso el tema del supuesto plagio de tesis doctoral de Consuelo Porras, que cobró protagonismo el año pasado y resurgió en marzo de este año, en la forma de “tacha” ante la comisión de postulación para fiscal general, proceso en curso. Un artículo de Jessica Gramajo (28/07/2021) explica que “al menos un tercio del trabajo está copiado casi que literal de la tesis elaborada por Benigno Ramírez Choc [2005] para obtener su licenciatura”.

El artículo trae a memoria el caso de Manuel Baldizón, cuyo libro Rompiendo Paradigmas contenía material de otros autores no citados; “más tarde se reveló que la mitad de su trabajo de tesis para el doctorado había sido copia de otros trabajos académicos” y el sonado caso de la ministra de Educación alemana que fue destituida y la universidad le retiró el título, por plagio.

La Comisión de Postulación invitó al público a presentar tachas, denuncias, contra los candidatos a fiscal general, a quienes también brindó la oportunidad de presentar pruebas de descargo. Ante la denuncia de haber plagiado su tesis doctoral, Consuelo Porras presentó pruebas de descargo cuya línea de argumentación es fundamentalmente de carácter formal. La Comisión no tiene facultades para investigar su tesis, carece de competencia legal para inquirir o determinar la existencia de plagio. Porras agrega que investigar sobre su tesis podría constituir delito. El proceder de Porras y su argumento es errado. Las autoridades académicas que otorgaron doctorado a Consuelo Porras también han ofrecido argumentos puramente formales, en lugar de hacer una investigación interna para descubrir la verdad y revelarla.

Revistas científicas usualmente indican claramente que estándares y prácticas deben observarse y programas académicos harían lo mismo. Hay diferentes estándares para la elaboración de artículos académicos y tesis, variadas prácticas de estilo sobre cómo citar y hacer referencias en una investigación o trabajo escrito. Puede variar por disciplina; no sería lo mismo para Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, para Biología o Economía, por ejemplo. Pero hay una sola ética.

El investigador que realiza una tesis doctoral ve con agrado que alguien quiera examinar a fondo su trabajo. Su queja no sería que alguien quiere leer y poner su obra bajo la lupa de escrutinio, sino que el conjunto de personas que lo hacen, especialmente colegas de disciplina, es muy reducido. De ser ofrecida una hora para disertar sobre su tesis, pediría que fueran dos. La auténtica investigación invita a la atención, crítica y comentario.

Independientemente de comisiones de postulación, los practicantes y académicos de la ciencia del derecho tendrían que interesarse por determinar la verdad; ofrecer prueba, no descalificación de forma.