LIBERAL SIN NEO
L’enfant terrible en El Salvador
El presidente salvadoreño da mucho de qué hablar; su popularidad en ese país es innegable y ya quisieran otros mandatarios gozar de ese alto nivel de estima entre la población. Una nota de Europapress de noviembre 2021, citando un sondeo de Cid Gallup, otorga un nivel de aprobación de 94% a Nayib Bukele en su gestión de la pandemia del covid, comparado con 27% para Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala. En diciembre 2021, La Prensa Gráfica, diario independiente de El Salvador, publicó los resultados de una encuesta, al acercarse Bukele a la mitad de su período presidencial de cinco años. Ante la pregunta, ¿Usted aprueba o desaprueba el trabajo que ha realizado Nayib Bukele como presidente hasta el momento? 85.1% respondió positivamente y solo 11.7%, negativamente. Encuestas realizadas en enero 2022 denotan que Bukele mantiene altos niveles de aprobación y popularidad en El Salvador, aun cuando el Departamento de Estado, organismos multilaterales y ONG internacionales lo desaprueban.
' La eficacia y resultados tendrán que ponerse a la altura de las simpatías de las que goza
Fritz Thomas
Enfant terrible es una expresión del francés, literalmente niño terrible, para referirse en sentido figurado a una persona “precoz, brillante, rebelde y transgresora, cuyas opiniones y creaciones se apartan de la ortodoxia, son innovadoras o de vanguardia”. Es aplicable a Nayib Bukele.
Renombrados medios lo tratan con menos simpatía. Desde hace al menos un año, los tambores noticiosos redoblan la idea de que Bukele es un aprendiz de dictador. En febrero 2020, Bukele envió tropas armadas del ejército a la sede del Congreso, un acto intimidatorio para lograr la aprobación de un préstamo. En mayo del año pasado, la asamblea legislativa, donde tiene mayoría el partido Nuevas Ideas, de Bukele, destituyó a los jueces del Constitucional y al fiscal general, desatando una furiosa reacción de la diplomacia internacional. Bukele es un excelente comunicador, con hábil manejo del habla y redes sociales; frente a la crítica, no duda en usar el sarcasmo para burlarse de sí mismo. En la biografía de su cuenta de Twitter, Bukele se autonombró “el dictador más cool del mundo”, y en algún momento “cambió su fotografía y colocó la del protagonista de la película El dictador, personaje interpretado por el actor británico Sacha Baron Cohen”, según relata la página web mexicana Expansión.
El domingo pasado, la asamblea legislativa de El Salvador aprobó una ley de estado de Excepción para hacer frente a un repunte de homicidios atribuido a las pandillas Barrio 18 y MS-13. La suspensión de garantías constitucionales ha renovado las críticas al mandatario salvadoreño y sus tendencias dictatoriales. Cabe recordar que, en el pasado, “el Departamento del Tesoro de EE. UU. impuso sanciones a dos funcionarios del gobierno de El Salvador, acusándolos de negociar con MS-13 y Barrio 18 en un esfuerzo por alcanzar una tregua”. Bukele negó esas acusaciones. El actual estado de Excepción parece indicar que su gobierno está decidido a combatir las pandillas.
Bukele es un personaje colorido que ha logrado mantenerse en una cresta de popularidad. Es difícil encajarlo como de derecha o izquierda; sin duda es un populista creativo y audaz. Un factor que delata vena autoritaria es que ha maniobrado con subterfugios en apariencia legales para postularse a un segundo período presidencial, que, en teoría, la ley prohíbe. En algún momento, la eficacia y resultados tendrán que ponerse a la altura de las simpatías de las que goza, o caerá. Eventualmente, la gente tiene que percibir que mejora el nivel de vida y oportunidades y se reduce la criminalidad y la corrupción. El tiempo corre.