Pero puede que Moscú esté perdiendo ese número de soldados a diario en la última invasión de Putin a Ucrania, según han declarado funcionarios estadounidenses y europeos. El creciente número de bajas de soldados rusos expone una potencial debilidad del presidente ruso en un momento en el que sigue afirmando, públicamente, que solo participa en una operación militar limitada en el este separatista de Ucrania.
Nadie puede decir con certeza cuántos soldados rusos han muerto desde el pasado jueves, cuando comenzó lo que se está convirtiendo en una larga marcha hacia Kiev, la capital de Ucrania. Algunas unidades rusas han depuesto las armas y se han negado a luchar, según informó el Pentágono el martes. Las principales ciudades ucranianas hasta ahora han resistido el ataque.
Los funcionarios estadounidenses esperaban que la ciudad nororiental de Járkov cayera en un día, por ejemplo, pero las tropas ucranianas han luchado allí y han recuperado el control a pesar de los furiosos disparos de cohetes. Los cuerpos de los soldados rusos han quedado en zonas en los alrededores de Járkov. Videos y fotos en las redes sociales muestran restos carbonizados de tanques y vehículos blindados, con sus tripulaciones muertas o heridas.
El portavoz del ministerio de Defensa ruso, el general de división Igor Konashenkov, reconoció el domingo por primera vez que “hay muertos y heridos” en las fuerzas rusas, pero no ofreció cifras. Insistió en que las pérdidas ucranianas eran “muchas veces” mayores. Ucrania ha dicho que sus fuerzas han matado a más de 5300 soldados rusos.
Las afirmaciones de ninguna de las partes han sido verificadas de forma independiente, y los funcionarios del gobierno de Joe Biden se han negado a discutir públicamente las cifras de bajas. Pero un funcionario estadounidense cifró en 2000 las bajas rusas hasta el lunes, un cálculo con el que coincidieron dos funcionarios europeos.
Altos funcionarios del Pentágono dijeron a los legisladores en sesiones informativas a puerta cerrada el lunes que las muertes militares rusas y ucranianas parecían ser las mismas, alrededor de 1500 en cada lado en los primeros cinco días, dijeron los funcionarios del Congreso. Pero advirtieron que las cifras —basadas en imágenes de satélite, comunicaciones interceptadas, redes sociales e informes de los medios de comunicación sobre el terreno— eran estimaciones.
A modo de comparación, casi 2500 soldados estadounidenses murieron en Afganistán durante 20 años de guerra.
Para Putin, el creciente número de muertos podría dañar cualquier apoyo interno que le quede a sus esfuerzos en Ucrania. La memoria rusa es larga, y las madres de los soldados, en particular, según los funcionarios estadounidenses, podrían recordar fácilmente los 15.000 soldados muertos cuando la Unión Soviética invadió y ocupó Afganistán, o los miles de muertos en Chechenia.
Rusia ha desplegado hospitales de campaña cerca de las líneas del frente, dicen los analistas militares, que también han supervisado las ambulancias que van y vienen de las unidades rusas a los hospitales de la vecina Bielorrusia, aliada de Moscú.
“Teniendo en cuenta los numerosos informes sobre más de 4000 rusos muertos en acción, está claro que está ocurriendo algo dramático”, dijo el almirante James G. Stavridis, que fue comandante supremo aliado de la OTAN antes de su jubilación. “Si las pérdidas rusas son tan significativas, Vladimir Putin va a tener que ofrecer algunas explicaciones difíciles en su frente interno”.
El congresista Adam B. Schiff, demócrata por California y presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, añadió: “Va a haber muchos rusos que vuelvan a casa en bolsas para cadáveres y muchas familias rusas en duelo mientras más tiempo dure esto”.
En particular, funcionarios del Pentágono y analistas militares dijeron que era sorprendente que los soldados rusos hubieran dejado atrás los cuerpos de sus camaradas.
“Ha sido sorprendente ver que están dejando atrás a sus compañeros caídos en el campo de batalla”, dijo Evelyn Farkas, la principal funcionaria del Pentágono para Rusia y Ucrania durante el gobierno de Barack Obama. “Al final las madres se preguntarán: ‘¿Dónde está Yuri? ¿Dónde está Maksim?’”.
El gobierno ucraniano ya ha empezado a responder a esa pregunta. El domingo, las autoridades lanzaron un sitio web que, según dicen, pretende ayudar a las familias rusas a localizar información sobre los soldados que pudieran haber muerto o sido capturados. El sitio, que dice haber sido creado por el Ministerio del Interior de Ucrania, indica que ofrece videos de soldados rusos capturados, algunos de ellos heridos. Las fotos y videos cambian a lo largo del día.
“Si tus parientes o amigos están en Ucrania y participan en la guerra contra nuestro pueblo, aquí puedes obtener información sobre su destino”, dice el sitio.
El nombre del sitio, www.200rf.com, es una sombría referencia a Cargo 200, una palabra en código militar que fue utilizada por la Unión Soviética para referirse a los cuerpos de los soldados puestos en ataúdes revestidos de zinc para su transporte fuera del campo de batalla; es un eufemismo para soldados muertos en la guerra.
El sitio web forma parte de una campaña lanzada por Ucrania y Occidente para contrarrestar lo que los funcionarios estadounidenses califican de desinformación rusa y que incluye la insistencia de Rusia antes de la invasión de que las tropas que rodean Ucrania estaban allí simplemente para realizar ejercicios militares. La información y la batalla por la opinión pública en todo el mundo han llegado a desempeñar un papel destacado en una guerra que ha llegado a parecer una contienda entre David y Goliat.
El lunes, el embajador de Ucrania ante las Naciones Unidas, Sergiy Kyslytsya, leyó ante la Asamblea General lo que dijo que eran los últimos mensajes de texto de un soldado ruso a su madre. Los obtuvieron, dijo, las fuerzas ucranianas después de que el soldado fuera asesinado. “Nos dijeron que nos darían la bienvenida y están cayendo bajo nuestros vehículos blindados, se tiran bajo las ruedas y no nos dejan pasar”, escribió, según Kyslytsya. “Nos llaman fascistas. Mamá, esto es tan duro”.
La decisión de leer esos textos, según los expertos rusos y los funcionarios del Pentágono, fue un recordatorio no muy velado a Putin del papel que han tenido las madres rusas a la hora de llamar la atención sobre las pérdidas militares que el gobierno intentó mantener en secreto. De hecho, un grupo ahora llamado Unión de Comités de Madres de Soldados de Rusia desempeñó un papel fundamental en la apertura del ejército al escrutinio público y en influir en la percepción pública del servicio militar, escribió Julie Elkner, historiadora enfocada en Rusia, en The Journal of Power Institutions in Post-Soviet Societies.
El martes, un alto funcionario del Pentágono dijo que unidades rusas enteras han depuesto las armas sin luchar después de enfrentarse a una defensa ucraniana sorprendentemente dura. En algunos casos, las tropas rusas han agujereado los depósitos de gasolina de sus vehículos, presumiblemente para evitar el combate, dijo el funcionario.
El funcionario del Pentágono, que habló bajo condición de anonimato para discutir los desarrollos operativos, se negó a decir cómo habían llevado a cabo estas valoraciones los militares —presumiblemente a partir de un mosaico de informaciones de inteligencia que incluye declaraciones de soldados rusos capturados y comunicaciones interceptadas— o qué tan extendidos podrían ser estos reveses a través del gran campo de batalla.
Las imágenes de bolsas de cadáveres o ataúdes, o de soldados muertos y abandonados en el campo de batalla, según un funcionario del gobierno Biden, serían las más perjudiciales para Putin en casa.
Los funcionarios ucranianos están utilizando los informes y las imágenes en las redes sociales de las bajas rusas para intentar minar la moral de las fuerzas rusas invasoras.
El lunes, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, ofreció a los soldados rusos dinero en efectivo y una amnistía si se rendían.
“¡Soldado ruso! Te han traído a nuestra tierra para matar y morir”, dijo. “No sigas órdenes criminales. Te garantizamos una amnistía completa y 5 millones de rublos si depones las armas. Para los que sigan comportándose como un ocupante, no habrá piedad”.
Helene Cooper es corresponsal del Pentágono. Anteriormente fue editora, corresponsal diplomática y de la Casa Blanca, y formó parte del equipo galardonado con el Premio Pulitzer de Reportajes Internacionales en 2015, por su cobertura de la epidemia de ébola. @helenecooper
Eric Schmitt es un escritor sénior que ha viajado por el mundo cubriendo temas de terrorismo y seguridad nacional. También fue corresponsal del Pentágono. Trabaja en el Times desde 1983, y ha formado parte de equipos que han sido galardonados con tres premios Pulitzer. @EricSchmittNYT