La adolescencia es una etapa en la que el papel de los amigos y la sociedad es muy importante. En el grupo de iguales los jóvenes buscan apoyo para sentirse integrados, por lo que copian o toman roles que, aunque no los hagan sentir cómodos, los llevan a cabo para ser parte del grupo, porque necesitan protección y seguridad cuando no están con la familia, explica Renata Villalobos, psicóloga clínica.
Se sabe que la adolescencia es una etapa de inseguridades y de cambios físicos y emocionales. La autoestima de los jóvenes se centra en la seguridad que les da ese grupo de iguales, por ello pierden poco a poco su identidad. “Muchas veces en la adultez ocurre lo mismo. Para ser parte de un grupo o ser aceptado por una persona somos incapaces de ser nosotros mismos. En cualquier etapa esto trae consecuencias psicológicas”, afirma la profesional.
Hay muchas personas que no tienen confianza en sí mismas, no les gusta cómo son o se sienten inferiores a los demás. Todo ello origina importantes problemas dentro del campo de los trastornos psicológicos, como pueda ser la dependencia emocional, fobia social, complejos, ansiedad, tristeza, etc.
“Para dejar de intentar ser idealizado por los otros, hay que dejar de idealizarlos a ellos; nadie merece realizar todo tipo de sacrificios simplemente para agradar a los demás”, dice Villalobos.
Conocerse a sí mismo
Para lograr ser uno mismo primero hay que conocerse. Cuando comenzamos a fingir, poco a poco nos vamos creyendo ser ese “yo” que mostramos a todos, pero con el que realmente no nos sentimos cómodos. “Claro que da miedo escribir quienes somos realmente, porque si no nos gusta viene mucho trabajo por hacer porque hemos estado viviendo como los demás nos han dicho y han querido. El cambio es un proceso normal y que a todos nos da miedo”, dice Katherine Aldana, coach de vida.
Conocer, descubrir y sacar a su “yo” auténtico lo hará sentir en armonía con usted mismo. Para saber si todos estos años ha tenido una máscara ante los demás chequee cuantas de estas afirmaciones son ciertas para usted.
- Intenta camuflar sus debilidades con acciones que les gustan a los demás.
- Le da miedo reconocer que no es perfecto.
- Le cuesta asumir sus errores.
- Siempre quiere agradar a los demás.
- Ser usted mismo implicará que muchas personas ya no le hablen y lo miren mal.
Si tres o más oraciones anteriores son ciertas para usted, entonces es momento de aprender a ser auténtico y mostrarlo al mundo. Para lograrlo, las expertas dan los siguientes consejos.
Se acabaron las complacencias
Complacer a un ser querido no es problema una vez tenga establecidos sus límites. Por ello, en lugar de estar intentando siempre complacer a todos, trate de hacer sus propias tareas y que los demás hagan las de ellos.
“Al buscar agradar siempre a alguien se pierde la autenticidad. Si a una persona le gusta el rojo, pero a usted el morado, acepte que ambos son diferentes y así están bien”, dice Aldana.
Recuerde sus aficiones
Las actividades que le ocupan mucho tiempo no deberían obedecer principalmente a lo que los demás esperan de usted, de esta forma podría estar desperdiciando su talento o su tiempo. Imagine lo pesado y estresante que es dedicar muchas horas de su día a un pasatiempo que no es de su agrado. Para evitar estas molestias mejor busque cuáles son sus verdaderos gustos e intereses y disfrútelos. De esta forma conocerá a más personas con las que se sienta cómodo.
Rodéese con quienes se sienta a gusto
Así como es cansado estar haciendo cosas que no le agradan, también lo es estar con personas que lo juzgan negativamente ante cualquier diferencia. Realmente esos desacuerdos son los que lo moldean a merced de sus expectativas.
Por ello, es mejor rodearse de personas capaces de aceptar una idea de que todos somos diferentes y así como podemos coincidir en algunos gustos, habrá otros en los que no. Lo ideal es exponerse a la diversidad porque eso enriquece e incluso permite descubrir aspectos de nosotros mismos que no conocíamos.
Acepte sus imperfecciones
El no ser bueno para todo y no agradarles a todos es parte de las imperfecciones que cualquier persona tiene. Por eso es importante no sentirse inferiores ante las habilidades de alguien más. Lo importante es que usted se acepte como es, para que los demás puedan apreciar su personalidad.
Apostar por la honestidad propia y la de los demás hace que las relaciones interpersonales sean más sencillas y, sin darse cuenta, traspasará los límites que tenía cuando se acomodaba a la personalidad de alguien más.