Pero también existe otro personaje que es del principal atractivo de los niños, es un hombre regordete, con barba y traje rojo que reparte regalos a todos los niños que se portan bien: Santa Claus.
Este icónico personaje se encarga de brindar sonrisas y esperanza a los niños, y todos aquellos actores que se ponen el traje rojo y la barba saben que tiene una gran responsabilidad sobre los hombros.
Uno de ellos es Rafael Salazar, de 49 años, quien estudia en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, y quien desde hace cinco años tiene la dicha de interpretar a Santa Claus en la víspera de la navidad.
Su agenda de trabajo estos días está muy apretada, pero aprovecho unos minutos para llegar a una sede de empadronamiento y actualización de datos del TSE, situada en un centro comercial, para poder participar en las futuras elecciones generales del 2023.
Ha visto poco movimiento, no muchos se acercan a hacer el trámite, pero Santa asegura que es algo que todos debemos hacer, principalmente los jóvenes, porque serán ellos el día de mañana quienes se encarguen de sostener al país.
“Hay que confiar en la democracia porque aunque no parezca que sirva hay que dar nuestro voto para que tengamos nosotros el derecho el día de mañana para poder reclamar, por si se tomó una decisión buena o mala, pero es la única manera en que funciona, solo llevando un proceso democrático podemos hacer que esto funcione”, comentó.
El TSE actualizará datos hasta el 14 de enero, si alguien se mudo debe de hacerlo para votar lo más cercano de su nueva casa; y los que están por cumplir 18 años se pueden empadronar durante todo el 2022, según explicaron fuentes electorales.
¿Es fácil ser Santa?
La respuesta es un rotundo no. Él comenzó con este trabajo hace cinco años, que terminó por convertirse en una pasión y casi que una tradición para estas fechas.
“Yo venía bajando las escaleras de la facultad cuando una mi amiga me preguntó si tenía trabajo, le dije que no y me ofreció empleo, yo en ese momento le pregunté de qué y ella me dijo que de Santa Claus porque dice que me vio y estaba igual…yo dije, bueno, probemos y ya llevamos cinco años”, recordó.
La satisfacción que le deja ser Santa Claus por algunas horas, es algo que asegura es invaluable, “la verdad es bonito, es darle alegría a los niños, una sonrisa. Muchas veces nuestra sociedad es un tanto cruel con los pequeñitos entonces de alguna manera hay que llevarles un poco de alegría”.
No solo piden juguetes
Santa Claus se caracteriza por darle juguetes a los niños. Nuestro Santa ha escuchado como los pequeños piden infinidad de regalos, pero no todos acuden a él esperando un carrito o una muñeca.
Recuerda que en sus primeros años como Santa vio a una pequeña, tendría unos siete años, y era algo tímida, “había una niñita va de verme y va de verme, en eso llegaron otros niñitos y me dijeron que ella quería hablar conmigo, me acerqué y le pregunté si quería un regalo, ella me dijo que no, que lo que quería era un deseo y que si se lo podía cumplir”.
Santa le dijo que sí, sin imaginar cual sería el dese de esa pequeña: “Quiero ver a mi mamá y a mi papá, yo pensé que estaban muertos y le dije que Santa del lado de Dios no podía pasarse, entonces ella me dijo que no estaban muertes, me dijo que sus papás estaban presos…a mí se me partió el corazón y ya hasta iba a llorar, no le podía decir que si los iba volver a ver”.
La tarea de Santa Claus no es fácil, pero así como él hay muchos que además de solo ponerse un traje rojo tiene el espíritu y las ganas para dibujar una sonrisa en los rostro de los más pequeños.