Esta situación provocará que la productividad de los cultivos baje, ya que al encarecerse los insumos, muchas personas deciden no comprarlos, a pesar del riesgo de que sus rendimientos sean menores. En un caso extremo, algunos agricultores decidirán no producir, comentó Francisco Cárdenas, director de la Gremial de Proveedores de Insumos Agrícolas (Gremiagro) adscrita a la Cámara de Industria de Guatemala (CIG).
Productos sensibles
Las materias primas que mayoritariamente se importan en Guatemala y tienen relación con el sector agrícola se clasifican por nutrientes, siendo los más importantes los NPK. En el caso del nitrógeno, las principales materias primas son urea y sulfato de amonio; para el caso del fósforo, la de mayor importación es el fosfato diamónico y para el potasio, se requiere cloruro o muriato de potasio (KCl o MOP).
Tomando como referencia los registros físicos del ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga9, las principales materias primas que ingresan al país son Urea, Sulfato de amonio y Nitrato de amonio. En el caso de la Urea, en 2021 se han importado 50 mil 407 toneladas; de Sulfato de amonio, han ingresado 23 mil 132 toneladas; y por último, de Nitrato de amonio a la fecha van 2 mil 840 toneladas importadas. El total en Toneladas Métricas de enero 2021 a la fecha, es de 218 mil 33.
Según un análisis realizado por la Dirección de Planeamiento del Maga, con datos de las importaciones registradas en el Banco de Guatemala, los productos que han resultado más afectados con el aumento de precios durante los meses de la pandemia del covid-19 (marzo 2020 – agosto 2021) han sido: el fosfato diamónico (112%), seguido de la Urea (61%), KCl (61%), Nitrato de amonio (46%) y Sulfato de amonio (38%).
Cárdenas explicó que los costos varían por materia prima y el origen de estas, aunque también existen factores que influyen, como la industria de la cual se originan. En términos generales, han establecido que los precios se han duplicado y triplicado, en comparación con los de inicios del 2020.
Además, algunos países productores de fertilizantes han fijado cuotas a la exportación de fertilizantes para asegurar su producción agrícola interna. “Por el momento no proyectamos escasez, pero pueden darse continuas alzas al precio en el corto plazo”, enfatizó el directivo.
El Maga afirmó, que por el momento, aún no existe ninguna información oficial que indique escasez de materias primas para fertilizantes y confían en que la dinámica internacional tenga un impacto mínimo en el país.
La entidad, agregó que están conscientes que en el desarrollo de la actividad agrícola los fertilizantes contribuyen a una mejor producción de alimentos y al aumento de los rendimientos. “Es evidente la importancia de este producto en la cadena de suministros porque permite abastecer los mercados nacionales e internacionales”, puntualizaron.
Pronóstico difícil
Javier Fernández, director de Asuntos Regulatorios de CropLife Latin America, alertó que los nuevos retos mundiales posiblemente tendrán un impacto en la disponibilidad de insumos agrícolas porque su oferta se puede ver comprometida por diversos factores de logística, materias primas y energía en sitios de manufactura.
“El incremento del precio de fletes tiene un mayor impacto en países en desarrollo con menor capacidad de pago. Algunos actores del encadenamiento han podido absorber o mitigar esos costos, con remanentes de inventario, pero, en algún momento, ese incremento en costos puede verse trasladado al consumidor final”, advirtió.
Según un comunicado enviado por la entidad, “el agricultor puede verse con menos dinero para pagar insumos y buscar otras opciones de control fitosanitario, al no tener margen para absorber el costo. La situación incluso puede desencadenar en un viraje de patrones de cultivo, si los agricultores dejan de sembrar algunos vegetales que requieren uso intensivo de fertilizante, como lo es el maíz”, resaltó.
Por lo tanto, para las cosechas del 2022 es difícil hacer un pronóstico, y será fundamental evaluar los datos de importación más recientes de los países, los resultados de su producción nacional y monitorear el impacto real de las restricciones impuestas a las plantas chinas.
“El actual escenario de oferta resalta la importancia de buscar soluciones de mediano y largo plazos, como un registro más rápido de nuevos ingredientes activos y cambios de origen, mientras que se repelen políticas restrictivas de importación de productos agrícolas sin sustento científico y legal.
Con un marco regulatorio modernizado para agroquímicos, habría una mayor oferta y diversidad de proveedores y fuentes de insumos agrícolas, con el potencial de mejorar la capacidad de respuesta de la agricultura a los desafíos de suministro”, concluyó.