La psicóloga clínica Colombia Callén, explica que estas guías son importantes desde la infancia ya que, al ser transmitidas a los niños, pueden generarles una idea de las pautas que rigen las distintas esferas de la existencia humana.
Las reglas dan estructura al marco operativo de las personas. “Ayudan a conocer cuáles son los límites y lo que corresponde hacer en determinados momentos”, agrega la también psicóloga y experta en asesoramiento familiar Helen Muñoz.
La especialista apunta que las reglas no deberían verse como castigos o reprimendas, sino como oportunidades para que exista un orden en el que confluya la búsqueda por suplir necesidades propias y hacia el bien común.
Por esa razón, Muñoz destaca la importancia en hablar de límites a los hijos desde que son pequeños. La psicóloga Callén coincide con lo anterior y apunta la necesidad de manifestar con palabras y gestos aquellas cosas que son correctas e incorrectas a los niños incluso desde bebés.
“Los niños empiezan a percatarse de los limites cuando tienen más claros los conceptos alrededor de los 2 años. Es posible que entiendan que hay cosas que se esperan de ellos respecto a algunas pautas”, expresa la psicóloga.
Aunque estas aseveraciones pueden provocar el reforzamiento de un marco ético y social en los niños a largo plazo, lo cierto es que no todas las personas se rigen bajo los mismos preceptos. Las psicólogas entrevistadas coinciden en que debe considerarse la subjetividad detrás de las reglas en cada circulo familiar.
“Cada familia opera como cree que es correcto. Muchas veces se hace desde la imitación de la crianza que los adultos tuvieron de niños”, argumenta Colombia Callén quien sostiene que muchas veces esa subjetividad puede decantar en situaciones de crianza con disciplina exagerada o por otro lado, de permisividad sin límites.
El balance es importante detrás del establecimiento de reglas que pretenden el bienestar personal de los más pequeños de la familia, sin olvidar que estos formarán parte de una sociedad.
¿Cómo deben contemplarse las reglas?
Como ya se ha mencionado, la formación de los hijos no tiene un método especifico o universal debido a la subjetividad que atañe a cada persona y núcleo familiar.
“Los factores dependerán incluso de las expectativas que tengan los adultos de los menores. Cada familia tendrá una propia dinámica con la cual quiera desarrollar las cosas en su hogar, y es algo bastante válido,” señala Helen Muñoz.
Aún así, tanto Helen como Colombia coinciden en que las reglas establecidas desde el hogar deben apuntar a conductas positivas que los hijos puedan tener en cualquier sitio y momento, más allá de la casa.
Los encargados de familia deben procurar una formación que contemple todos los valores morales y los derechos universales, mismos que no son “buenos únicamente para la dinámica familiar, sino para la convivencia social”, expresa Muñoz.
Aún así, ambas hacen énfasis en dos valores esenciales la sociedad: el respeto, que permite reconocer, aceptar y apreciar a las demás personas de manera integral; y la honestidad, que resguarda un marco transparente, respetuoso y honrado hacia las otras personas.
Colombia Callén apunta que una manera lúdica de abordar las reglas desde la casa se encuentra en los juegos. Desde implicaciones como tiempos para participar, resultados que muestran a ganadores o perdedores, los niños pueden entender parámetros de comportamiento frente a otras personas.
Cuentos, fábulas o leyendas con mensajes que ejemplifiquen la comprensión de reglas -en especial, mediante la obediencia- pueden ayudar a que los niños se acerquen a estas ideas, ya que les interpelará desde la fantasía.
Si bien estas nociones pueden conducir de manera más efectiva lo que son las reglas, Callén y Muñoz sostienen que las pautas en el hogar deben ser ejemplificadas, aunque se trate de consideraciones subjetivas entre familias.
Comunicar las reglas
Para que puedan funcionar los limites en el hogar es necesario que los encargados estén en sintonía. Esto da un lineamiento de seguridad a los miembros ya que se generalizan las consideraciones y refuerzan la idea de quienes ejercen la autoridad, explica Helen Muñoz.
La psicóloga señala que al tenerse en cuenta las reglas del hogar -establecidas desde las consideraciones propias de la familia, pero también hacia el aporte social- es pertinente que los encargados desempeñen la disciplina a través del ejemplo.
Más allá de verse como una reprimenda, la disciplina comienza por la manera asertiva y respetuosa con el que se explican los lineamientos y las consecuencias morales que pueden existir si no se cumplen, dice Muñoz.
Asimismo, es pertinente considerar los efectos que tendrán los hijos cuando no sigan las reglas. Entre las sugerencias dadas por la especialista Callén, destaca el hecho de quitarles a los niños privilegios momentáneos como juegos o actividades.
También sugiere que el niño permanezca sentado o en su habitación durante los minutos que coincidan con su edad. Previo a hacerlo, se le debe aclarar la razón que provocó su castigo.
Las psicólogas argumentan que los niños no deben ser premiados por cumplir las reglas, ya que se trata de preceptos que les ayudarán a acoplarse mejor a la vida. “No hay que hacer una labor de convencimiento. Es una cuestión de explicarles el sentido de las reglas del hogar”, explica Callén.
Por otro lado, Muñoz sostiene que es importante formar el criterio de comprensión de los límites y las reglas para que los niños se convenzan del valor positivo que tiene para ellos y los demás mejorar las conductas personales.