Los expertos aseguran que las disparidades en los índices de vacunación y el acceso a las vacunas persisten en muchas partes del país; sin embargo, son de la opinión de que los grandes aumentos entre los adultos hispanos y latinos en la encuesta nacional indican que las acciones de vacunación en el terreno centrados en este grupo están rindiendo frutos.
Marcella Nunez-Smith, presidenta del Grupo de Trabajo de Equidad Sanitaria COVID-19 del presidente Joe Biden, dijo el martes en una conferencia de prensa en la Casa Blanca que los hallazgos de la encuesta “representan mucho más que el simple paso del tiempo: cuentan la historia de un esfuerzo de toda la sociedad para llegar a donde estamos hoy”.
Otras encuestas también han encontrado altos índices de aceptación de vacunas entre los hispanos. El Pew Research Center descubrió en una encuesta de 10.000 adultos publicada a principios de septiembre que el 76 por ciento de los adultos hispanos estaban vacunados al menos de manera parcial.
“Creo que se han tomado acciones muy coordinadas”, señaló Bertha Hidalgo, profesora adjunta de epidemiología de la Universidad de Alabama en Birmingham. Comentó que los hispanos, “fueron uno de los grupos más afectados durante las primeras partes de la pandemia, cuando hubo un número bastante elevado de casos y también una gran cantidad de fallecimientos en latinos”.
Los hispanos en Estados Unidos han tenido 2,3 veces más probabilidades de morir de COVID-19 que los blancos no hispanos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Un informe federal reveló que de 2019 a 2020, los hispanoamericanos experimentaron una caída de tres años en la esperanza de vida, en comparación con 2,9 años para los estadounidenses negros y 1,2 años para los blancos no hispanos.
Dado que se vieron afectados de manera desproporcionada por la pandemia, es posible que muchos latinos se hayan sentido impulsados por el miedo a vacunarse, aseveró Jeffrey Klausner, profesor de medicina en la Universidad del Sur de California.
Los hispanos siguen estando rezagados en algunos lugares, como en el condado de Los Ángeles, donde alrededor del 62 por ciento de los latinos mayores de 12 años han recibido al menos una dosis de la vacuna, en comparación con alrededor del 72 por ciento de los blancos no hispanos, según datos del condado. En Colorado, los hispanos representan el 22 por ciento de la población total del estado, pero solo alrededor del 12 por ciento de la población vacunada.
“Estamos viendo que los latinos van en una dirección más positiva”, dijo Amelie Ramirez, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio. “Pero no es en todas partes, así que por eso tenemos que continuar con este trabajo”.
Hidalgo dijo que las medidas enfocadas, como las clínicas de vacunación sin cita previa en los estacionamientos de las iglesias, la disponibilidad de información en español y la promoción de la vacunación en las cadenas de televisión Univisión y Telemundo, de gran audiencia, han ayudado a convencer de vacunarse a muchos latinos que al inicio estaban indecisos.
Superar las dudas alimentadas por la desinformación sigue siendo un obstáculo, afirmó, pero el apoyo a la vacunación por parte de la Iglesia Católica y la fe predominante entre los latinos ha ayudado.
A nivel local, los trabajadores sanitarios de las comunidades de habla hispana, conocidos como promotores de salud, han tenido éxito a la hora de aliviar la ansiedad por vacunarse, según Kurt Organista, profesor de bienestar social de la Universidad de California en Berkeley.
“Son ellos quienes de verdad salen con un contacto personal para decir: ‘Oye, mira, no tienes que preocuparte por tu estatus migratorio o tu capacidad de pago’”, concluyó Organista.