La escoliosis más común es la idiopática —causas desconocidas—, la cual representa el 80 por ciento de los casos y que las mujeres tienen mayor predisposición a desarrollar, explica el ortopedista y cirujano de la columna vertebral Carlos Rayo. También existe la escoliosis congénita —defectos de formación o de segmentación de vértebras— y neuromuscular —problemas en el sistema nervioso que afectan los músculos—.
Según el médico Héctor Molina-Muñiz, especialista en técnicas avanzadas para lesiones de columna, del Centro Especializado del Dolor, el paciente no se da cuenta de que la padece hasta que comienza a practicar ejercicio de impacto o tener trauma en la espalda, y empieza a sentir dolor o pesadez.
La escoliosis es asintomática, a menos que se asocie a un tumor o proceso infeccioso, cuando la persona adopta malas posturas para evitar la molestia, asegura Rayo.
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Diagnóstico
Es importante que los padres presten atención a ciertos signos que se presentan en los niños, y que se empiezan a manifestar entre los 9 a 14 años. Además del examen físico, el especialista hace una radiografía, para determinar cuántos grados de desviación tiene la columna —ángulo de Cobb— y detectar anomalías congénitas.
Tratamiento
El abordaje médico de la escoliosis depende del tipo, pero entre más rápido se detecte hay mejor pronóstico. Una persona puede vivir con escoliosis sin ser tratada, a menos que la inclinación de la columna no pase de 20 grados, señala Rayo.
Cuando es idiopática, de 20 a 40 grados, se recurre a un tratamiento conservador —ejercicio—, para evitar que progrese. Si es mayor de 40 grados, la persona puede ser candidata a cirugía, para frenar la deformación y corregirla, siempre que no se pongan en riesgo sus capacidades motoras, porque se pueden afectar nervios durante la intervención.
Es fundamental acudir a un especialista de cirugía en columna y pedir una segunda opinión, porque podría tratarse solo de dismetría de extremidades, que puede resolverse sin operación, explica Rayo.
En el Hospital Nacional de Ortopedia y Rehabilitación Von Ahn —zona 1— practican estas operaciones antes de que el niño termine su crecimiento: antes de los 16 años, en mujeres, y antes de los 18, en hombres. Si es de origen traumático, se debe aliviar el dolor, resolver la lesión y rehabilitar con ejercicio sin impacto, dice Molina-Muñiz. Una forma de tratamiento conservador es utilizar equipos de radiofrecuencia, para tratar áreas afectadas, añade.
Complicaciones
Si no se trata de manera adecuada, la columna se sigue torciendo y distorsiona más la anatomía de la espalda, lo cual causa dolor en otras áreas, incluso alejadas, por compresión de nervios. En casos extremos y poco frecuentes puede afectar órganos internos torácicos —compresión de pulmones y dificultad para respirar— o abdominales, dice Molina-Muñiz.