Juana Apén, vendedora de chuchitos, relató que el caso más reciente ocurrió el 23 de septiembre último, cuando agentes de la referida institución policial le arrebataron un canasto lleno de producto a una señora que vende en el Portal de Las Panaderas, suceso que fue observado por otros comerciantes con temor a correr la misma suerte, ya que ni siquiera la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) ha intervenido en esos casos.
“Nos dicen que somos unas indias, bestias y analfabetas, y que por eso no les hacemos caso”, citó Apén.
La vendedora calificó de abusiva la actuación de los agentes y de la Municipalidad, porque para poder recuperar el producto incautado tienen que pagar entre Q400 y Q500 en multas.
La mayoría de afectados es originara de Sacatepéquez, Chimaltenango, Sololá y Quiché.
Sergio Ortiz, vocero de la Municipalidad, justificó las acciones en contra de los vendedores con que se da cumplimiento al Reglamento del Uso de la Vía Pública, que cobró vigencia en el 2009 y que responde a las exigencias de las ciudades declaradas patrimonio de la humanidad, como es el caso de Antigua Guatemala.
“La normativa nos da competencia para evitar que no se desarrolle el mercadeo en la vía pública, porque se han asignado las aéreas específicas para ese fin”, dijo Ortiz.
Byron Gudiel, auxiliar de la PDH, confirmó que existen antecedentes de abusos que cometen agentes de la Policía Municipal de Turismo, lo cual, afirmó, ocurre por una mala interpretación que la Municipalidad le da al mencionado reglamento al momento de decidir quiénes pueden o no colocar ventas.
Gudiel agregó que han recibido varias denuncias en ese despacho y que darán seguimiento a los casos.