¿Cuál paz?

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las cuales se han convertido en entes burocráticos sin ninguna utilidad. El Consejo Nacional de los Acuerdos de Paz, la Secretaría de la Paz, el Programa Nacional de Resarcimiento y el Fondo de Tierras, entre otros, sencillamente vegetan y son reductos que lapidan recursos sin que tengan resultados efectivos.

EN ESTOS TRES LUSTROS no se ha logrado reducir sustancialmente la pobreza. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, la cantidad de guatemaltecos que viven en extrema pobreza, o sea que tienen menos de Q12 al día, se situó este año en 1.9 millones de habitantes (13.3% del total de la población del país). Quienes están sumidos en la pobreza suman cinco millones 909 mil personas (40.3% del total) que sobreviven con Q24 cada día, que deben estirar para alimentación, vivienda, salud y demás etcéteras. Si bien se logró una reducción de la pobreza extrema de 1.87% en los cinco últimos años, la pobreza en general se amplió porque en el 2011 este nivel se situaba en el 35.8% del total y ahora subió 4.58% más.

Lo anterior significa que la paz social no ha llegado, pues ha habido un retroceso en la calidad de vida de millones de compatriotas.

EL ÁREA DONDE se ha observado un mayor avance formal es en la política, ya que no ha habido interrupción en el traspaso de poder. Sin embargo, el sistema hace agua porque mantiene una estructura que no permite la democratización y el libre acceso a la disputa de cargos de elección popular, porque los comicios se han privatizado. Solo quienes cuentan con padrinos del sector privado y el crimen organizado pueden competir en las elecciones. Los partidos y comités venden a sus candidatos como si fueran mercancías con un amplio despliegue propagandístico que una persona sin recursos jamás podrá lograr, como ocurrió en la campaña pasada, en la que el Partido Patriota dio muestras de que era patrocinado por gente de mucho billete.

AUNQUE YA NO HAY conflicto armado, ahora todos estamos con el temor de morir en cualquier esquina por un ataque violento. El Estado ha sido desmantelado y está ausente de muchas partes del país, lo cual ha permitido que la criminalidad se adueñe de espacios, lo que significa una flagrante violación al derecho a la vida. Por eso, a 15 años de que se suscribieran los acuerdos de paz, es un buen momento para redirigir el barco. Otto Pérez Molina fue uno de los firmantes de esos tratados, y en sus manos está la posibilidad de retomarlos como el norte que guíe los esfuerzos por lograr una mejor calidad de vida para los guatemaltecos.

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.