ESCENARIO DE VIDA

La decisión de Donald Trump

Muchos de nosotros pensábamos que las repetidas declaraciones del actual presidente Donald Trump sobre construir el muro, botar los acuerdos de cambio climático o reducir los presupuestos hacia la protección del ambiente eran solo conjeturas. Sin embargo, con el decreto impuesto por la nueva administración Trump se abandonan las restricciones a las emisiones contaminantes y se abre la puerta a los combustibles fósiles, que son exprofesamente los responsables del calentamiento global.

Este decreto rescinde la obligación del gobierno estadounidense de considerar el impacto ecológico de sus proyectos y quizás se pudiesen seguir cerrando programas de ayuda medioambientales de Estados Unidos, tanto en el interior como en el exterior.

¿Qué podría pasar con la Nasa y la NOAA, que son las instituciones que nos han dejado claro el panorama del cambio climático?

La Administración Oceánica y Atmosférica del Clima (NOAA) enriquece nuestras vidas a través de la Ciencia. Sus investigaciones van desde la superficie del Sol hasta las profundidades del lecho marino, y hacen mediciones en los cambios de comportamiento del clima del planeta completo, siempre de la mano de la Nasa.

La NOAA se encarga de los pronósticos meteorológicos diarios, de las advertencias de tormentas severas, del monitoreo climático para la gestión pesquera, del apoyo al comercio marítimo y la restauración costera. Los servicios de NOAA apoyan la vitalidad económica de todo el mundo y a más de un tercio del producto interno bruto. La alta tecnología para proporcionar a los ciudadanos planificadores, gerentes y otros tomadores de decisión es indiscutible.

De tal forma que también la Organización Meteorológica Mundial (OMM) como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) crearon el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) en 1988. Su finalidad es proporcionar las causas, repercusiones, conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático.

Es impresionante ver cómo la administración Trump está fomentando más y más la dependencia de energías contaminantes en vez de las renovables. Es como si fuéramos adictos al cigarro y nos dijeran que dejar de fumar sí nos hará daño.

¿Qué lógica tiene esto? Y que debemos seguir fumando cada vez más y más por nuestro propio bien. Es como decir, “sigamos adictos al petróleo”.

No se trata de un asunto político. En estos dorados tiempos no se trata de creer o no creer o si damos crédito o no a la Academia.

Quienes somos bien intencionados, y poseemos poco escepticismo, creemos aún en la buena lid de las personas. Yo quiero seguir creyendo que la nueva administración estadounidense hará las cosas correctamente, pues busca lo mejor para su gente, pero que lo hará también en función del planeta completo. Quiero creer que los estadounidenses “despertarán” pronto de una fantasía que dice que el cambio climático es un “cuento chino”. Y creo en un Dios que finalmente le hablará al oído al presidente Donald Trump.

Quienes digan que soy una soñadora quizás tengan razón, pero la esperanza es lo último que se pierde. Lea mi libro Aventura Extrema —la realidad del Cambio Climático—. Lo encuentra en Artemis & Edinter, Sophos y De Museo, y sintonice mi show por Guatevisión, Los secretos mejor guardados, sábados y domingos, 8 am, en reprise, y mi estreno, este domingo 2 de abril, a las 2.30 pm, sobre las ballenas del Pacífico.

vidamordepaz@yahoo.com

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