Aleph

La elección de cortes nos importa

Hay mil ejemplos cotidianos de por qué la elección de cortes nos importa.

Si usted tuvo un accidente y no fue el culpable, pero le toca un juez corrupto que acepta que lo “pistee” quien sí tuvo la culpa, este proceso le importa. Si lo despiden de forma injustificada, este proceso le importa. Si está peleando la custodia de sus hijos y el otro tiene más dinero para pagar abogados mafiosos que negocian con un juez, también mafioso, este proceso le importa. Si, como en el caso IGSS/PISA, alguien fallece por negligencia médica, a usted le importa este proceso. Si está entre quienes buscamos erradicar la impunidad alrededor de los grandes casos de corrupción que afectan directamente la salud y la educación de millones, a usted le interesa este proceso.

La democracia se construye, nadie nos la regala.

Hay mil ejemplos cotidianos de por qué la elección de cortes nos importa. Luego de que el pacto de corruptos nos sometiera a un retraso ilegal de cuatro años en la elección, el año pasado lo promovieron a marchas forzadas, después de las elecciones generales, con el fin de seguir moviendo sus hilos en el sistema de justicia. Nos acercamos a la recta final del proceso y los días clave serán este sábado 21 y domingo 22 de septiembre. Hay, de nuevo, miles de ojos puestos en este proceso y más ojos se sumarán cuando ambas comisiones entreguen, el lunes 23, la nómina de candidatos y candidatas, al Congreso de la República. Será el momento de presentar con más fuerza, ante la opinión pública, información sobre los candidatos asociados al pacto de corruptos.

Ya he mencionado que hay hechos inéditos en este proceso: las autoridades ancestrales de pueblo originarios han estado muy activas y presentes, así como sectores de sociedad civil; hay un bloque opositor al pacto de corruptos en las comisiones de selección; Mafiariegos no logró entrar ni llevar a los suyos al proceso que, además, se está llevando a cabo en un lugar neutral y seguro, como la Universidad Rafael Landívar (URL), que garantiza la transparencia, orden operativo y confiabilidad en un proceso abierto que la ciudadanía puede acompañar, sobre todo el 21 y 22, para hacerle sentir a los comisionados que no están solos. 

La justicia es la columna vertebral de eso que aún llamamos democracia, y la democracia es lo que anhelamos construir en Guatemala. El pudridero aún está allí y grupos de poder asociados a Néster Vásquez, Pimentel, José Urrutia, Gálvez, el Rey del Tenis, Gustavo Alejos, pelean sus espacios. La pregunta es qué y cómo negociarán estos bloques del mal (yo voto por ti en una corte y vos por mí en la otra), que tienen como factor común el apoyo de la Fiscal General. Hay comisionados que tienen condicionada su voluntad por un aparato de justicia que los tiene arrinconados. También, es posible, que la Corte de Corrupcionalidad (CC) ordene que se prolonguen en sus puestos los magistrados que están interinamente ahora en las cortes, porque no todos los elegidos de sus mafias van a entrar.

Sin embargo, hay una grieta por donde la decencia se puede colar en este Sistema de Justicia secuestrado por los corruptos, y tiene que ver mucho con la presión que la ciudadanía y los observadores nacionales e internacionales puedan ejercer, además de la voluntad política de las/los diputadas/os que votarán por la nómina final. El momento será, a partir del lunes, comunicacional y político.

La democracia se construye, nadie nos la regala. Este es un siguiente capítulo de disputa de la institucionalidad del país, luego del de las elecciones generales. Hasta el 13 de octubre tendremos los resultados y, hasta entonces, acompañaremos el proceso. Que las comisiones rechazaran las tachas fue un mensaje de alerta, pero es momento para que la ciudadanía las levante y conozca; que se hagan socialmente patentes desde lo ético, aunque formalmente no sucediera. En este proceso nos estamos jugando la justicia, la democracia, nuestras vidas cotidianas y el futuro de las próximas generaciones.

ESCRITO POR:

Carolina Escobar Sarti

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Salamanca. Escritora, profesora universitaria, activista de DDHH por la niñez, adolescencia y juventud, especialmente por las niñas.