Hagamos la diferencia

100 días, balance de promesas y desafíos

En medio de las enraizadas estructuras corruptas de este país, es preciso que el gobierno empiece a accionar.

Se han cumplido los primeros cien días de la administración del presidente Bernardo Arévalo, un período crucial para analizar, ya que nos brinda una visión de lo que podemos esperar de este gobierno. Durante este tiempo, hemos presenciado una combinación de expectativas, desafíos y algunos logros iniciales. Desde su investidura, el presidente Arévalo ha enfrentado una serie de problemas complejos que ha heredado de administraciones anteriores, así como nuevos desafíos que han surgido a nivel nacional como internacional. Es evidente que el aparato estatal sigue afectado por estructuras corruptas arraigadas, las cuales es necesario combatir con mayor determinación. Aunque se han mostrado buenas intenciones, falta contundencia en la toma de decisiones. Durante su campaña, Arévalo hizo hincapié en temas claves que prometió abordar en su mandato, como la lucha contra la corrupción, la seguridad ciudadana, la mejora de los servicios básicos como salud y educación, así como la promoción del desarrollo económico. Sin embargo, el tiempo avanza y aún no se observan resultados tangibles.

Señor presidente: Guatemala no solo necesita que usted “navegue”, es urgente que empiece a “volar”.

Como dijo Oscar Wilde: “No hay una segunda oportunidad para una primera buena impresión”, y desafortunadamente el gobierno ha desaprovechado esa primera oportunidad. La realidad es que no se han logrado resultados claros en la gestión gubernamental. Durante estos primeros días, la acción ha sido lenta y se han presentado más denuncias de corrupción que ejecuciones reales de actividades. Para revertir esta tendencia, es necesario trabajar con mayor intensidad y determinación. Más que discursos bien elaborados, se requiere acción. Además, es importante recordar que siempre habrá personas en desacuerdo cuando se toman medidas que puedan afectar intereses particulares, pero no se debe prestar demasiada atención a aquellos que buscan obstaculizar el progreso.

Es evidente que el partido en el poder no contaba con un equipo preparado para gobernar, lo que ha llevado a reciclar funcionarios de administraciones anteriores. Esta práctica es contraproducente para un gobierno que busca desmarcarse del pasado, y corre el riesgo de repetir errores. Sería conveniente que, al elegir funcionarios para ocupar cargos públicos, se recurriera a concursos de oposición con criterios claros para seleccionar a profesionales capaces y honestos.

Es positivo que el gobierno esté mejorando la imagen del país ante la comunidad internacional, pero se debe tener cuidado de que el apoyo recibido sea genuino y se enfoque en abordar las necesidades del país, en lugar de imponer intereses de otros gobiernos. Es importante recordar que Guatemala es un punto geopolítico estratégico.

Lo rescatable es que, a diferencia de gobiernos anteriores, se percibe una voluntad real de hacer las cosas bien. Sin embargo, como dice el dicho: “El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones”. Por lo tanto, es imperativo pasar a la acción y dejar atrás los discursos, las acusaciones infundadas y el estancamiento. Es urgente mejorar la seguridad ciudadana, la educación, la salud y la inversión en infraestructura, incluyendo carreteras, aeropuertos, puertos y el metro subterráneo, tal como se ofreció en campaña.

Actos como la inauguración del puente de Lo de Reyes no hacen más que desperdiciar el valioso tiempo del presidente y exponerlo innecesariamente. Este puente fue construido en la administración anterior, con fondos que urgía invertir, “para buena fortuna de los que convivimos en el área, pues nos es muy útil”. Tenían en sus manos una ampliación presupuestaria que debían repartir a empresas allegadas. Mientras tanto, el puente de Concuá, sobre el mismo río, a medio construir, sigue sin completarse, debido a problemas legales que el gobierno actual aún no ha abordado con valentía. Ánimo, señor presidente, como usted mismo ha dicho: “Estamos caminando entre trampas y precipicios”, pero no solo debe navegar, es hora de empezar a volar y llevar a Guatemala a un futuro mejor.

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.