Guatemala

“La cianobacteria se puede controlar”

Guatemala debe ser innovadora, y comprender que la cianobacteria en el Lago de Atitlán no se puede eliminar; solo controlar, opina Antonio Quiñones, director adjunto de la Unidad de Ciencia y Ecosistemas de la Agencia Federal de Protección Ambiental de Estados Unidos, en reciente visita al país.

Antonio Quiñones, de la Agencia Federal de Protección Ambiental de EE. UU. (Foto Prensa Libre)

Antonio Quiñones, de la Agencia Federal de Protección Ambiental de EE. UU. (Foto Prensa Libre)

La cianobacteria en Atitlán causó alarma en el 2009 y atrajo la atención de expertos internacionales, entre ellos Quiñones, quien comparte sus impresiones con Prensa Libre.

¿Por qué es de interés internacional la cianobacteria en el Lago de Atitlán?

La crisis que experimenta Guatemala con la cianobacteria es algo que nos interesa a todos, porque esa bacteria está surgiendo en muchos países del mundo.

¿Cómo ha logrado Estados Unidos afrontar el problema?

En los grandes lagos del país y los grandes pantanos de Florida tenemos ese problema, y hemos logrado controlar su crecimiento desmedido, pero no hemos podido eliminarla por completo.

¿Por qué no han podido eliminarla?

Debemos ser claros en que no es el propósito de nuestra agencia eliminarla, y espero que tampoco lo sea para Guatemala, porque esa bacteria está presente en los suelos, las rocas, los ríos limpios y los contaminados. Cumple una función natural, así que el problema no es la presencia de la cianobacteria, sino evitar que crezca en proporciones desmedidas y origine problemas de toxicidad con efectos para la salud humana.

¿Por qué no se debe destruir la cianobacteria?

Porque esa bacteria ha existido desde hace millones de años, ha evolucionado y es un indicador de la cantidad de nutrientes, como el nitrógeno y fósforo, que llegan a los cuerpos de agua.

Las plantas acuáticas necesitan luz solar y oxígeno, el cual obtienen libremente, pero además necesitan nutrientes como fosfatos, nitrógeno y fósforo, y lo que hace la cianobacteria, es decir, que está llegando demasiado nutriente.

¿Cómo ha logrado Estados Unidos controlar el crecimiento de la cianobacteria?

Hemos tomado medidas muy pero muy drásticas, porque tenemos el dinero y porque nuestra cultura e infraestructura lo permite, pero para Guatemala el momento por el cual está pasando no lo permite; por eso los guatemaltecos deben ser más innovadores.

Al ser innovadores deberán comprender que el problema es complejo, y deben enfocar sus esfuerzos solo en controlar la bacteria.

¿Qué se debe hacer para conseguir el control sobre la bacteria?

Lo ideal sería construir plantas de tratamiento de aguas residuales muy sofisticadas para frenar la llegada de nutrientes, que es la causa principal del florecimiento de la cianobacteria, pero como no tienen recursos, se pueden hacer plantas artesanales y reforestar, entre otras cosas sencillas. Lo importante es seguir dando esos pasitos.

Esta semana recorrí el Lago de Amatitlán. Vi lo que están haciendo los jóvenes de la Autoridad para el Manejo de la Cuenca y el Lago, y me sorprendí de ver cosas ingeniosas como la captura de basura con una biobarda, hecha de botellas plásticas amarradas que flotan sobre el agua.

Veo que se hacen esfuerzos, pero los problemas son grandes y falta más apoyo de la población y las instituciones, porque río arriba de la cuenca de Amatitlán deforestan y tiran basura en los barrancos, de manera que esos desechos y sedimentos llegan al lago.

¿Cómo se puede involucrar a la población en la solución?

Las entidades reguladoras deben hacer a un lado intereses personales, y cada ciudadano debe tomar la iniciativa. Esta situación es igual a la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania invadió el primer país, los demás dijeron que no era su problema, y cuando ya toda Europa estaba invadida, entonces vieron que sí lo era.

Es seguro que cuando empezó a contaminarse Amatitlán, todos dijeron que no era su problema; ahora hay cianobacteria en Atitlán, y si siguen pensando que no es un problema nacional, pronto todos los lagos de Guatemala estarán contaminados.

¿Qué acciones debe emprender cada ciudadano?

Lo mejor es organizarse como comunidad y adoptar políticas viables. Por ejemplo, se puede promover el uso de jabones biodegradables en las familias que lavan a orilla de ríos, o el uso de abono orgánico en el agro.

Sé que alrededor de la cuenca de Amatitlán viven tres millones de personas; si cada uno sembrara un árbol, se evitaría que lleguen nutrientes y desechos al lago, e igual sería en Atitlán. Para hacer eso una persona no necesita pedir permiso a la autoridad, basta que tenga voluntad.

HOJA DE VIDA: Protector de los ecosistemas

Antonio Quiñones es ingeniero ambiental.

Es egresado de la Universidad de Puerto Rico. También es experto en aguas residuales.

Lleva 30 años trabajando para la Agencia Federal de Protección Ambiental de Estados Unidos.

Actualmente, Quiñones es director adjunto de la División de Ciencia y Apoyo a los Ecosistemas de esa agencia.

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