Guatemala

Otto Pérez: “Relanzaremos los acuerdos de fondo”

Por primera vez, uno de los firmantes de los acuerdos de paz durante el gobierno de Álvaro Arzú (1996-2000) dirigirá los destinos del país: Otto Pérez Molina.

Pérez Molina  suscribe el Acuerdo de Paz Firme y Duradera, junto       a Carlos González, uno de los dirigentes de la URNG, el 29 de diciembre de 1996.

Pérez Molina suscribe el Acuerdo de Paz Firme y Duradera, junto a Carlos González, uno de los dirigentes de la URNG, el 29 de diciembre de 1996.

El general retirado, quien suscribió el pacto el 29 de diciembre de 1996, encontrará al asumir la Presidencia, el próximo 14 de enero, una agenda de nación consensuada hace tres lustros, pero que ninguno de sus cuatro predecesores ha concluido.

A pesar de que reconoce avances en algunas áreas, Pérez Molina destaca que los aspectos principales siguen con serios rezagos, como la pobreza, conflictividad agraria y acceso a la justicia.

Como participante en el conflicto armado, negociador y luego signatario de los acuerdos de paz, ¿cuál es su balance de ese pacto?

Hay muchos compromisos que no se han cumplido. Los acuerdos que más posibilidad tenían siguen pendientes. Los acuerdos sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, Fortalecimiento del Poder Civil y aspectos socioeconómicos son asuntos que siguen atrasados luego de 15 años, y a los cuales esperamos darles un relanzamiento, con énfasis en los acuerdos y compromisos de fondo que no se han cumplido.

¿Cuál es el mayor atraso entre los aspectos tratados en los acuerdos?

El mayor rezago lo encontramos en el acuerdo socioeconómico —y situación agraria—, principalmente en cuanto a pobreza y pobreza extrema; esto va acompañado del asunto de los pueblos indígenas. Se puede ver que el rezago de la pobreza y pobreza extrema sigue concentrado en las poblaciones indígenas, y es donde más esfuerzo tendremos que hacer para relanzarlos.

La pobreza se incrementó del 2006 al 2011 al 53.71 por ciento. ¿Cómo se pueden superar los retrasos históricos en desarrollo humano?

Para dar solución a esos problemas es necesario, primero, tener el equipo y el compromiso para hacer las cosas.

Cuando se mira que ha crecido la pobreza, esto se ve reflejado en la desnutrición de los niños. Buscamos bajar los índices de desnutrición infantil en los próximos cuatro años.

Además, lograr el crecimiento de la economía, para mejorar esa situación como lo habíamos hablado hace 15 años.

En esta materia, ¿qué se puede hacer que no se haya intentado antes?

Buscamos un gran compromiso para tener como prioridad el desarrollo rural y social; son dos de los ejes que tenemos para el próximo gobierno, para frenar y evitar que la pobreza siga creciendo.

¿Esto implica más gasto social?

Habíamos hablado durante la negociación de los acuerdos de paz de lograr una recaudación del 12 por ciento en la carga tributaria, y resulta que esta meta solo se logró un año. Queremos retomar el Pacto Fiscal e ir más allá del 12 por ciento; hoy el país debería estar, como mínimo, en 14 por ciento de recaudación para poderle dar respuesta a las demandas de la población.

¿Es viable emprender estos cambios en cuatro años, cuando otros gobiernos han fracasado?

No puedo decir que se van a hacer todos los cambios en los cuatro años de nuestro mandato, pero sí se pueden sentar las bases y avanzar sustancialmente para que se pueda seguir construyendo y avanzar en esta línea.

¿Apoyará la necesidad de emprender reformas constitucionales y del régimen electoral?

Hablar de reformas constitucionales es algo que debemos hacer; no solo está en los compromisos con los acuerdos de paz, sino también con el tema de seguridad y justicia.

Incluso hay una iniciativa de ley presentada por las universidades de San Carlos y Landívar, así como de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, que creo es una buena base para discutir y avanzar en los temas que quedaron pendientes luego de esos acuerdos.

¿Cómo ha cambiado su visión de país tras estos 15 años?

En los temas de fondo, la visión de país sigue siendo casi la misma; esto porque los problemas no se han resuelto como quisiéramos, cuando nosotros hablamos de desarrollo social y rural en esa época. Siguen presentes la misma pobreza y exclusión; aún persiste la falta de oportunidades para el área rural y los pueblos indígenas.

Más que cambiar la visión, tenemos que tomar con mucha fuerza esos compromisos, para lograr superar los problemas de fondo.

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