El sindicalista, quien también era conocido como Chicará, fue detenido a eso de las 11 horas en 3a. avenida y 7a. calle, zona 11, cerca del mercado El Guarda, junto con Danilo Chinchilla.
Cuando ambos se vieron copados, dispararon contra miembros de la PN, que respondieron e hirieron a Chinchilla, quien fue llevado al Hospital Roosevelt.
En ese centro hospitalario, Chinchilla hizo una grabación en la que relató los hechos, la cual quedó en manos de la enfermera Aura Farfán.
Ese audio fue presentado en el debate, y después de que la esposa de Chinchilla confirmara que se trataba de él, fue una de las pruebas que tomaron en cuenta los jueces del Tribunal Octavo, que dictó la sentencia a eso de las 19 horas.
Oly González, jueza encargada de leer la sentencia, agregó que a esta se suman Hugo Rolando Gómez Osorio y Alfonso Guillermo De León, quienes están prófugos.
Condecoración
En los archivos de la PN se encontró un oficio en el que las autoridades de esa institución habían propuesto a todos los mencionados para ser condecorados, por la captura de los supuestos subversivos.
Según la propuesta de condecoración, fechada el 24 de julio de 1984 por el jefe del Cuarto Cuerpo de la PN, los cuatro agentes habían detenido a dos personas consideradas subversivas a inmediaciones del mercado El Guarda, mediante un operativo de limpieza.
Lo anterior también fue tomado en cuenta por los miembros del Tribunal, debido a que García era un dirigente estudiantil y miembro del sindicato de la empresa Cavisa, además del allanamiento que se llevó a cabo en su casa tras su detención.
Con ello “se acreditan las actividades políticas de Fernando García”, expresó la jueza.
Durante la lectura de la sentencia, también se dio a conocer que otras pruebas tomadas en cuenta fueron los testimonios de varios peritos que se presentaron en el debate después de los análisis del Archivo Histórico de la PN.
La Fiscalía de Derechos Humanos también acusaba a los condenados de detención ilegal, abuso de autoridad y plagio o secuestro, de los cuales fueron absueltos, debido al tiempo que ha transcurrido desde la detención o que esos delitos no encuadran con los hechos.
Empieza la justicia
“Esto es algo que ya esperábamos”, dijo Mario Polanco, del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), quien acompañó el proceso.
Alejandra García, hija del dirigente desaparecido, expresó: “Me siento satisfecha, porque estamos reconociendo que hubo una desaparición forzada y toda una estrategia contra civiles, que por pensar distinto se les criminalizó”.
María García, madre de la víctima, manifestó: “Se ve que empieza la justicia en Guatemala, eso era lo que queríamos, justicia”.
“Siento mucho todo lo que pasó, pero tenía que llegar la justicia, ahora habrá muchos más que buscarán justicia, porque no es justo que 45 mil guatemaltecos queden impunemente desaparecidos”, agregó.
A raíz de la desaparición de García, su esposa, Nineth Montenegro, comenzó la lucha porque apareciera con vida y fundó el GAM.