Gracias a un menor que alertó el extraño hallazgo en un extremo del avión, el animal con reporte de extraviado fue localizado.
La serpiente, que no era venenosa, fue guardada en un portaequipaje por la tripulación de la nave.
La aerolínea local se limitó a indicar que un pasajero había violado las normas de seguridad al llevar una serpiente, que por suerte no causó pánico pues permaneció dormida gran parte del viaje.